El voluntariado en Argentina es una expresión ejemplar de solidaridad social. Organizaciones de la sociedad civil de todo el país movilizan una masa de recursos humanos, voluntarios y rentados que alcanza a 1,8 millones de colaboradores, según el Índice de Desarrollo de la Sociedad Civil de Grupos de Análisis y Desarrollo Institucional y Social.
Entre 2000 y 2002 se pudo ver un gran incremento de voluntarios, producto de la crisis económica y social alcanzando un pico de 32% hacia fines de 2002. De allí en más, con la normalización de la situación, el trabajo voluntario disminuyó llegando al 19% en 2008, según datos de la consultora TNS Gallup. A pesar de esta tendencia decreciente, los expertos coinciden que hay más voluntarios profesionales que hace diez años.
Un ejemplo de esto es la Red Solidaria de Profesionales de la Salud. Se trata de un grupo de 6200 voluntarios entre médicos, enfermeras y administrativos, que canalizaron más de 195.000 consultas durante el año pasado. En general, las personas que se acercan a la organización son de muy bajos recursos que por diversos motivos no fueron bien atendidas en los hospitales públicos.
Un dato esperanzador en el afán de multiplicar la ayuda profesional, es que es más frecuente el voluntariado de las personas que trabajan (17%) que en las que no trabajan (12%), de acuerdo al mismo informe de la consultora citada. Esto podría indicar que las personas que se desarrollan laboralmente sienten que tienen algo valioso para dar. Así lo expresan quienes realizan tareas de voluntariado en la Fundación Argentina para la Salud Mental (Fasam). Son alrededor de 40 profesionales entre psicólogos y psiquiatras, que atendieron a más de 400 casos en el último año por depresión y psicosis, entre otros problemas.
Además se ha demostrado que no sólo hay personas interesadas en ayudar, sino que hay ONG esperando gente capacitada dispuesta a ofrecer su tiempo para los demás. En un país como la Argentina, donde se crea una ONG por día, según datos de la Inspección General de Justicia, y que tiene además un alto tejido asociativo, existe una gran necesidad de recursos voluntarios de calidad. En este sentido, la Argentina aún está atrasada con respecto a otros países, como lo muestra la encuesta internacional de TNS Gallup que en términos de incidencia de voluntariado ubica a nuestro país en el puesto 46 de un total de 69 naciones.
El desafío es que cada vez más profesionales se sumen a organizaciones para mejorar la realidad social.
