El Gobierno nacional hace una discriminación presupuestaria en obras de infraestructura en las provincias, privilegiando a unas o castigando a otras, según la alineación política de las gobernaciones con el poder central. Los favoritismos se cuentan en miles de millones de pesos para licitaciones de trabajos en Estados provinciales según la óptica hegemónica de la Casa Rosada.

Obviamente, Santa Cruz es la más beneficiada de la década en recursos para obras viales y promoción económica por la lógica de ser el bastión político del oficialismo, como lo fue La Rioja en la década del 90. Claro que también debe recordarse que las asimetrías del territorio nacional exige obras que rompan el círculo vicioso de invertir siempre donde hay mayor concentración humana y desarrollo económico, a fin de romper ese desequilibrio.

De acuerdo a las cifras de ejecución presupuestaria que el Poder Ejecutivo nacional gira anualmente al Congreso, la provincia patagónica tuvo transferencias millonarias, a pesar de que su importancia económica es menor a la otros distritos. No obstante esta realidad, entre 2003 y 2013, Santa Cruz lideró el apoyo nacional, con una diferencia aún más notoria si se la compara en términos de recursos por habitante.

Es así que en la primera década de gobierno kirchnerista se destinaron 63.400,71 millones de pesos a la construcción y reparación de rutas por parte de la Dirección Nacional de Vialidad, donde Santa Cruz se llevó cerca de $ 6.885 millones, casi el 11% de lo disponible por encima de Buenos Aires, la jurisdicción más importante. Si se compara la inversión nacional en la relación provincia-habitante, según el censo de 2010, Buenos Aires con 15,6 millones de personas, la distribución fue de $ 73,80 per cápita para rutas en 2013, en tanto los santacruceños obtuvieron $3.261,78, es decir, 44 veces más.

Pero donde se impone la discrecionalidad frente a la ecuanimidad a la hora de tomar decisiones, se comprueba la generosidad de la Nación con Entre Ríos, donde Sergio Urribarri se postula para suceder a la Presidenta, o en La Rioja con el aliado Luis Beder Herrera, en Tierra del Fuego de la alineada Fabiana Ríos y en Río Negro donde Alberto Weretilneck es un soldado del modelo. Contrariamente a lo que se supone, San Juan no está en los primeros puestos de la bendición financiera nacional.