El anuncio realizado días atrás por la presidente de la Nación, en relación a la implementación del Programa de Desendeudamiento Provincial, contempla la situación de los estados provinciales en función de las diferentes obligaciones financieras contraídas por cada uno de ellos, ayudándolos a salir de la difícil situación en la que se encuentran algunos de ellos. Básicamente, el programa prevé la suscripción de convenios bilaterales de reprogramación de deuda con cada provincia; un periodo de gracia que exime del pago de capital e intereses hasta el 2011; la extensión de los vencimientos hasta el año 2030; la eliminación del CER (Coeficiente de estabilización de referencia) y la aplicación de una tasa fija del 6% anual, previéndose una reducción del costo total de la deuda del orden del 40% para el conjunto de provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Con esta medida, el Estado nacional receptó la difícil situación fiscal expresada por los gobernadores en los últimos tiempos, superando a otras iniciativas presentadas en el Congreso Nacional, que establecían mecanismos de compensación de débitos y créditos recíprocos sin contemplar quitas, extensión de plazo, períodos de gracia y otros dispositivos tendientes a producir cambios significativos en el stock y flujo de cancelación de la deuda pública provincial.
En el año del Bicentenario, el Programa de Desendeudamiento Provincial constituye una oportunidad única para que el conjunto de provincias mejore sus estructuras presupuestarias a partir del alivio que representa la disminución de la deuda, el costo de su atención y la ampliación de plazos para su extinción.
Para el gobierno de José Luis Gioja, que ha tenido la virtud de administrar eficientemente los recursos y construir una sana relación política Nación-Provincia, sin duda, resultará muy ventajoso.
San Juan viene creciendo por encima de la media nacional, cuenta con uno de los coeficientes de desempleo más bajo del país, con un plan de obra pública en ejecución, inédito para nuestra provincia, con exportaciones que superan en el último año a las de la Provincia de Buenos Aires y fundamentalmente con una administración de los recursos de los sanjuaninos que ha priorizado lo social y lo cultural en cada rincón de la provincia.
Se considera que los beneficios del programa no "caerán en saco roto"; no serán simple "parches" y, como estricta consecuencia de una administración visionaria, servirá para seguir haciendo, creciendo y trabajando incansablemente hasta el último día de gestión, para que la autoestima de los comprovincianos siga inalterable.
