Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo existen 30 millones de personas que padecen Alzheimer, un tipo de demencia que ataca a las células nerviosas del cerebro, provocando un progresivo deterioro de las capacidades del individuo.

Al final, el paciente pierde todo control sobre sí mismo y depende absolutamente de otros. Los síntomas son, en principio, similares a las señales típicas del envejecimiento, como el olvido o la dificultad para realizar determinadas tareas. Sin embargo, el Alzheimer va más allá y provoca alteraciones tan graves como la pérdida absoluta de la memoria, desorientación temporal y espacial, problemas de comprensión del lenguaje o falta de coordinación. De esta manera, la persona se va deteriorando lentamente, hasta perder todo el funcionamiento mental. Esta enfermedad no tiene cura, si bien existen medicamentos que pueden ayudar a aliviar los síntomas del paciente.

El diagnóstico tardío y la escasa implantación de los tratamientos son dos de los principales problemas que afectan a quienes padecen la enfermedad. Y no son pocos, ya que el Alzheimer y las demencias afectan uno de cada ocho personas mayores de 65 años, y casi a uno de cada dos pacientes mayores de 85 años. Parece constatado que la edad es uno de los principales factores de riesgo, pero, sin embargo, en los últimos años se han perfilado otros factores que influyen. Por ejemplo, el aumento de casos de Alzheimer en personas menores de 65 años. Así, algunos expertos apuntan a la existencia de ciertos factores genéticos que determinan que personas con antecedentes de Alzheimer tengan una mayor posibilidad de sufrir esta enfermedad. Asimismo, está demostrando que los factores de riesgo cardiovascular como la diabetes o la hipertensión arterial incrementan el riesgo de padecerlo. El diagnóstico precoz es un arma indispensable, pues un tercio de la población con Alzheimer no acude nunca al médico, ya que identifican los síntomas como propios del envejecimiento.

Resulta imprescindible que población tome conciencia de que es fundamental acudir al médico ante la aparición del primer síntoma de esta enfermedad: la pérdida de memoria.