Los pobladores de escasos recursos que perviven en zonas rurales de nuestra provincia, lejos de los servicios y de la atención básica que recibe el resto de la sociedad, caso de los puesteros y otros grupos aferrados a la tierra heredada de sus ancestros, necesitan el apoyo de los diferentes organismos creados para asistirlos y promover en su desarrollo. Se ha comprobado que una forma de evitar el desarraigo mediante acciones para potenciar sus actividades, haciendo sustentable sus vidas, tiene resultados extraordinarios.

Es la experiencia de la comunidad de la etnia huarpe ‘Juan Manuel Villegas”, radicada en Lavalle, Mendoza, con un proyecto de distintas labores de campo y artesanías, que alcanza a 140 familias ligadas por parentescos y lazos culturales. Ese grupo, ubicado en Lagunas del Rosario, lindante con San Juan, se ha consolidado como asociación civil gracias al plan de arraigo y desarrollo de las comunidades aborígenes del Programa para el Desarrollo de Áreas Rurales (Prodear), ejecutado por la Unidad para el Cambio Rural.

El estímulo estatal recibido por la gente, a fin de mantenerse en la zona, comenzó con el tendido de un acueducto de 30 kilómetros a través del desierto, más un reservorio, la instalación de paneles solares para proveer de energía eléctrica a la estación de bombeo y a las conexiones domiciliarias, completando el proyecto de contribuir a mejorar la calidad de vida de los miembros de la etnia huarpe y fomentar el arraigo.

Tras afianzarse la población con acceso al agua potable, escolarización y otros beneficios, vino la capacitación en apicultura

hasta que el diciembre pasado lograron producir los primero barriles de miel de 300 kg cada uno y de alta calidad, para la comercialización inmediata, mientras siguen con los trabajos de artesanías, con diferentes materiales del lugar, que también están vendiendo. La similitud geográfica, cultural y de recursos del desierto lavallino con los laguneros sanjuaninos, indica la factibilidad de aplicar ese modelo de desarrollo en Sarmiento y otros departamentos con características poblacionales parecidas.

Mejorar la calidad de vida en el ámbito rural tiene el soporte financiero del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), creado con la finalidad de contribuir a la cohesión e inclusión social y productiva de los habitantes de zonas del campo, promoviendo la creación de condiciones para un desarrollo sostenible en esos lugares en el marco de las economías regionales. Es una oportunidad para ayudar a muchos sanjuaninos marginados.