Dos ministros y un secretario del Poder Ejecutivo Nacional habrán visitado la provincia en el lapso de una semana. Guillermo Dietrich, de Transporte, recorrió las obras del Aeropuerto, de las rutas y una calera. José Avruj, secretario de Derechos Humanos, firmó un convenio con la provincia. Y ayer el gobernador Sergio Uñac anunció que el jefe de la cartera de Interior y Vivienda, Rogelio Frigerio, vendrá a San Juan en los próximos días por temas referidos a la licitación del dique El Tambolar. Ninguno de los funcionarios nacionales que ya pisaron este suelo pasó por la intendencia de Santa Lucía, otrora lugar de paso obligado. Ese supuesto desaire tiene un por qué: Marcelo Orrego, precandidato a gobernador que ganó en 2015 junto a Cambiemos, ha propuesto cambiarle el nombre a ese frente porque en esta provincia Mauricio Macri tiene solamente el 15 por ciento de imagen positiva. Hay quienes dicen que esa idea está consensuada con el macrismo, pero hay otros que aseguran y hasta juran que en Cambiemos de CABA están que trinan. El último grupo teme un ‘efecto dominó’, porque San Juan será la segunda provincia en la que habrá elecciones y aseguran que si la idea a Orrego le da resultados, no podrán frenar la ola de fugas y traiciones electorales que vendrán después de esta provincia. Y el segundo argumento de los macristas enojados con el jefe comunal es la contienda nacional de agosto, octubre y eventualmente noviembre. Saben que nadie va a salir a trabajar en esa elección y, para colmo, no entienden cómo hará la oposición sanjuanina para dar vuelta el discurso de haber renegado de Macri, a apoyar a sus candidatos en dos meses, si es que el grupo sanjuanino decide volver a las huestes amarillas. Alguien que no tiene nada que ver con la política en un café, me dijo el otro día: ‘¿Y qué pasa si gana Orrego?’ Me quedé sin respuesta.
El año pasado, en las elecciones legislativas, surgió como tema de campaña la cantidad de pasantías que sostenían los municipios de Santa Lucía y Rivadavia, ambos muy enrolados en aquel momento en Cambiemos. Primero fue el ministro de Hacienda, Roberto Gattoni, el que cuestionó a los intendentes por usar gran parte del presupuesto en esos contratos. Claro, no son los únicos municipios que tenían pasantes, aunque sí, al menos a los ojos del funcionario uñaquista, los que más habían incrementado la cantidad de ingresos bajo esa modalidad. Este año se conoció que las administraciones de Orrego y Fabián Martín recibieron 20 millones de pesos en Aportes del Tesoro Nacional, los famosos ATN, que es dinero que no tiene fin específico, es decir, lo pueden usar en lo que quieran y sin devolverlo. Subsidios, se podría decir. Ambos (Orrego y Martín) reconocieron que usaron la mitad del dinero (unos diez millones de pesos) en pagarle a pasantes y becarios, porque el Gobierno provincial, tal y como lo anunció, decidió sólo enviarles dinero para los empleados de planta y para los contratos de colaboración, como al resto de los departamentos. En su momento Gattoni salió a argumentar su decisión criticando la incorporación de pasantes: según la cartera de Hacienda, el rivadaviense había recibido la comuna en diciembre de 2015 con 833 pasantes y casi dos años después, la cifra trepó a 1.208. Mientras que el santaluceño tenía 535 trabajadores temporales en 2012 y al 30 de diciembre 2017 los aumentó a 887.
La plata para los pasantes no es lo único: el resto de los ATN lo ocuparon en obras y ambos han recibido otros aportes extra para encarar trabajos de infraestructura menores, además de ser parte de mejoras que involucran a otros departamentos. Es decir, han recibido ayuda del macrismo. Probablemente no la que hubieran querido, pero la Nación les ayudó. Yo no puedo afirmar que el macrismo lleve una cuenta de los auxilios que se envían a las provincias, pero es de imaginar que alguien lo hace, porque si no, todo sería un descalabro.
La estrategia de Orrego y compañía no es mala, si se la mira desde la coyuntura actual: Macri no levanta cabeza, los jubilados han perdido el veinte por ciento del sueldo luego de la reforma que impulsó Cambiemos, cerraremos el año con casi el cincuenta por ciento de inflación, lo que nos convierte en uno de los países con mayor inflación en el mundo, sólo detrás de Venezuela, Sudán y el Congo. Hoy con esos antecedentes, probablemente cualquiera intentaría separarse de Cambiemos, los agujeros en la estrategia aparecen cuando se piensa a futuro. Volviendo a la pregunta del mozo, en el primer párrafo de esta nota de opinión, hoy Orrego prácticamente le ha cedido al gobernador Uñac toda la relación con el Gobierno nacional. El mandatario lleva ese vínculo sólo desde lo institucional, pero lo lleva. Frigerio no hablará con el pocitano de estrategias políticas de campaña, pero sí establecerá códigos de manejo en general, cosa que ya no podrá hacer con quienes fueron sus referentes en la provincia. ¿Y Eduardo Cáceres? El diputado nacional es el presidente del PRO, pero no solamente tiene imagen negativa alta, sino que no goza del respeto de sus colegas, como ya he dicho en muchas oportunidades también. Es más, Frigerio vendrá a la provincia la semana que empieza mañana y Cáceres estará de viaje, al menos así lo han confirmado sus allegados. A no ser que pegue la vuelta luego de leer estas líneas.
El panorama es complejo, porque la Nación se ha quedado sin referentes en San Juan y eso puede derivar en que den por perdida la contienda, lo que en la práctica sería la peor opción para Orrego. El santaluceño deberá aclarar un poco las ideas de lo que quiere hacia futuro. No es tonto, ha hecho algunas alianzas interesantes: Dignidad Ciudadana va a poner un candidato a gobernador para arrimar votos en un distrito clave y en los departamentos está levantando algunos segundos nombres que, a futuro, podrían hacer algún ruido al peronismo. Incluso ha logrado retener al nuevejulino Gustavo Núñez, dicen en el frente del basualdista, aunque ayer el jefe comunal no atendió los llamados de este diario. Igual, todo eso por ahora son tenues luces en medio de la oscuridad. No hay que olvidar que hoy la distancia entre Uñac y Orrego, según las últimas encuestas, es de 62 a 26 con 5.000 casos encuestados y ya con la noticia de la candidatura del santaluceño bien conocida.
En definitiva, renegar de la mala imagen de Macri es un plan de coyuntura de dudoso éxito y aún la ciudadanía espera la maniobra de fondo, la jugada maestra que haga temblar al peronismo, jugada que hasta el momento no aparece. Por lo pronto el lunes o martes los Cambiemos anuncian que el nombre de su frente tendrá la frase ‘con vos’, con una palabra más que por ahora es un misterio. Insisto, Orrego es buen candidato, que por ahora erra la puntería. Veremos cómo sigue la novela.