Activistas del sindicato de electricistas mexicanos siguen cortando calles de acceso a Ciudad de México, impidiéndole a la gente trabajar y a los niños ir a la escuela. En Buenos Aires, donde los "piqueteros" cortan calles a diario, se produjo un caos vehicular mayor por una huelga de subterráneos, que obligó a la gente a usar sus autos. En los primeros nueve meses de este año, Buenos Aires sufrió 440 bloqueos por protestas sociales, más de uno por día.
La Cámara de Comercio de México, calcula que durante el mismo período hubo casi 200 marchas, con más de u$s 140 millones mensuales en ventas perdidas, porque no se pudo llegar a los comercios, más horas de trabajo perdidas.
Los bloqueos frenan las inversiones extranjeras según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal): caerán un 40% este año, incluyendo la recesión mundial. "Los cortes de calles empeoran un clima económico ya de por si complicado", dice Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas, con sede en Nueva York, que representa a 190 empresas con negocios en Latinoamérica. "Las empresas no quieren instalarse ni expandirse en lugares con un clima volátil".
Durante la reciente Conferencia de las Américas, en Miami, presencié un debate entre el jefe de gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y el congresista mexicano Luis Enrique Mercado. Macri, culpó al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner por no ordenarle a la policía que mantenga las calles transitables. Dijo que el aumento de cortes "está llevando a Argentina a límites nunca pensados que van en dirección de una sociedad anárquica, en la que se va a perder inversión, se va a perder empleo y va a aumentar la pobreza". Scioli, oficialista, disintió, argumentando a favor de la moderación y de la resolución de conflictos mediante el diálogo. "No se trata de imponer orden a cualquier costo", dijo Scioli. "Hay que encontrar un equilibrio en el marco del Estado de derecho, el respeto a la propiedad privada y el reclamo de los trabajadores". Mercado, del partido oficialista mexicano Acción Nacional, casi saltó de su asiento. Dijo que "cuando las sociedades entran en una cultura en la que se tolera violar la ley, la gente dice: ‘Si puedo violar la ley un tantito, puedo violar la ley un poquito más’. Es una escalada".
La actual ola de violencia de los carteles del narcotráfico en México "no es algo que surgió de la nada. Empezó con la gente diciendo, si puedo violar la ley de tránsito, puedo violar otras. Es el resultado de una cultura de la ilegalidad que escaló a límites inconcebibles".
Mi opinión: La solución no es castigar con azotes a los manifestantes, como en Singapur, ni encarcelarlos o recluirlos en hospitales psiquiátricos durante décadas, como en Cuba. Pero debería haber consecuencias legales para quien viola las leyes y corta calles, perjudicando los derechos de los demás. De otra manera, los costos invisibles de los bloqueos callejeros serán cada vez mayores y la cultura de la ilegalidad seguirá creciendo.
