Mucho se ha hablado en estos días sobre las convicciones. Las decisiones sanitarias tomadas en el marco de la pandemia, sobre la suspensión de la presencialidad en las escuelas del AMBA, han convertido a las convicciones en protagonistas. De uno y otro lado (de la grieta) se habla de las convicciones. Por eso la importancia de aclarar qué son y cómo operan en la toma de decisiones.

 

  • ¿Qué son las convicciones?

Proveniente del latín convictio, la convicción es el convencimiento que se tiene sobre algo. Tener convicciones es poseer certeza, persuasión, evidencia o seguridad sobre aquello que es objeto de la certidumbre. He aquí una primera nota que caracteriza a las convicciones: están directamente relacionadas con las evidencias que suscitan certidumbre. Es decir que tener una convicción implica adhesión plena a una verdad que asumimos como tal, apoyados en la validez de la información. La evidencia del conocimiento está entonces en la base de nuestras convicciones.

Ahora bien, tener una convicción es mucho más que poseer una opinión personal y mucho menos que tener fe. Diferencias que debemos considerar para evitar confusiones.

* Opinión personal. Es el concepto que se tiene sobre algo o alguien. Aunque todas las opiniones deben ser respetadas, no todas se apoyan en fundamentos concienzudos. En ese caso, la opinión tendría un grado de certeza menor que las convicciones.

* Fe. Deriva del término latino fides, se refiere a aquello en lo que se cree. Teológicamente se la define como la adhesión libre a la iniciativa de Dios que revela. Pero el fundamento de la fe está puesto en la confianza que poseemos en Dios, no en el conocimiento y comprensión cabal de aquello en lo que creemos. Nuestra certeza, en el acto de fe, está puesto en primer lugar en Dios que no puede mentirnos ni mentirse. De allí que confianza y fe en Dios, van de la mano. En este sentido se entiende que las decisiones de quienes gestionan el bien público, nunca pueden ser objeto de fe. Sin embargo, también es cierto que mientras más caudillescos y verticalistas sean los liderazgos,más semejante a la fe es la adhesión que promueven entre sus seguidores.

 

  • ¿Cómo operan las convicciones en la toma de decisiones?

Las convicciones van formando nuestro sistema de creencias y valores que integran el organismo moral a partir del cual valoramos opciones y tomamos decisiones. Todo ese sistema se manifiesta en la conciencia moral que nos permite juzgar la moralidad de nuestras conductas. Para valorar opciones y tomar, desde el bien, la mejor opción posible, son necesarias estas convicciones y valores que actúan como marco de referencia. Por eso se dice que en cada decisión tomada explicitamos nuestro organismo moral.

Volvemos así al planteo inicial: el rol de las convicciones en la toma de decisiones en tiempos de pandemia. Tener convicciones en uno u otro sentido, significa tener probanzas y datos que, en el caso de la pandemia son evidencias científicas sobre epidemiología, diagnóstico, prevención, manifestaciones clínicas, factores de riesgo, formas de contagio, posibles tratamientos y desarrollo de vacunas. Las convicciones, por lo tanto, fundan un posicionamiento y una posterior toma de decisión. Las evidencias que otorgan certezas son anteriores al posicionamiento sobre un tema particular. 

Cabe aquí una reflexión final. Gestionar o tomar decisiones en tiempos de pandemia requiere tener convicciones cuya certeza esté fundada en evidencias validadas científicamente. Sin embargo, a veces da la impresión que se gestiona con el organismo moral invertido: primero está la ideología y luego se buscan o eligen los documentos, papers, informes, que justifiquen la opinión personal.

 

Por Miryan Andújar
Abogada, docente e investigadora
Instituto de Bioética de la UCCuyo