En más de una ocasión, en el transcurso del año, los principales canales de la red de riego provincial sufren el problema provocado por la costumbre de arrojar todo tipo de residuos a esos cauces. En canales principales, como el Benavides o el Céspedes, por ejemplo, se han llegado a encontrar desde heladeras o cocinas en desuso hasta bolsas con residuos de productos alimenticios y escombros o basura de los jardines que personas inescrupulosas los depositan en el lugar como si se tratara de un vertedero.

Además de la contaminación ambiental esta acción desaprensiva perjudica la distribución normal del agua para riego, al obstruirse compuertas y otros derivadores del sistema, haciendo que la dotación que reciben los regantes no sea la correcta y que perjudique la labor de los agricultores.

El problema no es nuevo y las autoridades del Departamento de Hidráulica lo han tratado de solucionar durante años sin éxito, ya que se hace muy difícil, por no decir imposible, un control permanente, durante las 24 horas del día, de todos los canales de San Juan, a fin de detectar a los inadaptados sociales.

La necesidad de crear conciencia sobre lo perjudicial que resulta este comportamiento debería llevar a una campaña que abarque distintos ámbitos a fin de llegar con el mensaje tanto a los adultos como a los niños para terminar con este hábito dañino. Es inconcebible que cada vez que se cumple el período de monda anual, en el que corta el agua para realizar tareas de mantenimiento y limpieza en la red, se vuelva a afrontar el inconveniente de los deshechos, que si no son retirados se corre el riesgo de que los tapones provoquen desbordes que han llegado a inundar las viviendas cercanas.

Otra costumbre difícil de erradicar lo representan los bañistas en esos cauces obstaculizando la conducción del riego por los diques improvisados que se hacen para elevar el nivel del agua en época de verano.

En Mendoza, ante una situación similar se trabaja en una campaña de concientización, paso previo para futura ley que contemple duras penas para las personas que sean sorprendidas arrojando basura a los canales. En esta labor intervienen estudiantes que han investigado el fenómeno, considerando las posibles soluciones.

Es una de las alternativas para implementar en nuestra provincia, entre otros aportes para terminar con una costumbre nociva que generan gastos y problemas a un sistema vital para la agricultura sanjuanina.