La palabra conflicto muchas veces es asociada por las personas a situaciones o sentimientos que para ellos han sido negativos y quisieran olvidar. La verdad, sin embargo, es que la palabra conflicto se refiere a situaciones que nos toca vivir normalmente, y tiene que ver también con situaciones no previstas que debemos resolver, o con la presencia de puntos de vistas diferentes sobre una misma situación. Puede ser individual o social.
Lo habitual es que el conflicto produzca sentimientos negativos como incomodidad, mal humor, impotencia y ansiedad. Y puede provocar enfrentamientos, situaciones de discrepancia y tensión. Pero un conflicto puede entenderse como la oportunidad de aprendizaje de habilidades sociales y competencias de negociación, de empatía, respeto, escucha y tomas de decisiones, entre otras.
Por ello es fundamental aprovechar los conflictos que se les presenten a los más pequeños y utilizarlos para enseñarles a enfrentar las situaciones de la vida. Ya que nos guste o no, a lo largo de la vida se les presentan diferentes conflictos. Si tienen las habilidades necesarias, para resolverlos de forma constructiva, a través del diálogo y la negociación, alcanzar importantes metas.
Dialogar entre las partes en conflicto para definir exactamente cuál es el problema implica necesariamente que cada parte es capaz de escuchar, sin atacar, los argumentos del otro. Proponer soluciones alternativas en que cada parte ceda un poco, pero también gane un poco. Esta etapa es muy importante y hay que darle un buen tiempo, ya que una buena solución no siempre es la primera que surge. Lograr un acuerdo concreto y visible con un compromiso de cumplimiento de ambas partes. Al comienzo es probable que aplicar este esquema en la vida cotidiana se sienta extraño, como artificial. Es muy probable que de a poco se transforme en un modo más habitual de responder a estas situaciones. Practicar y probar, son una buena forma de encontrar formas alternativas que nos ayuden a solucionar los conflictos sin dañar a otras personas ni las relaciones con ellas.
Los conflictos y problemas se presentan en las diferentes etapas de la vida de las personas, por lo cual es necesario enseñar a los niños como solucionarlos de forma apropiada, sin ser agresivos, para que así se puedan relacionar de forma apropiada con los demás personas que se encuentran en su entorno o con las que se tienen contacto de forma constante o temporal.
Los conocimientos o conductas adquiridas en los primeros años, pueden perdurar para toda la vida por lo cual son de vital importancia. Dichas conductas van formando el carácter de los niños, para que puedan ser respetuosos con los demás y se pueden comportar de forma apropiada ante diferentes insinuaciones, dejando de lado la agresividad.
Existen algunos consejos para enseñar a los niños cómo solucionar los conflictos: 1-Fortalecer su autoestima. En muchas ocasiones los niños reaccionan de forma agresiva porque sienten que no tienen fuerza o que no son lo suficiente valiosos para mostrar como en realidad son, ante esto es importante mostrarles su valor y que son tan importantes como los demás. 2- Mostrar ejemplos de personas que solucionan los conflictos de forma pacífica y ejemplos de quienes son agresivos, de esta manera los niños entenderán que la agresividad no es positiva y que genera muchos daños. 3- Recompensar las buenas conductas. Aunque no es necesario dar grandes premios, si se puede dar recompensas simbólicas cuando los niños aprenden a manejar las situaciones difíciles, como son los problemas con los compañeros de escuela. 4- Actividades físicas. Al igual que las personas adultas los niños también se estresan, lo que ocasiona que reaccionen incorrectamente, ante esto uno de los consejos para enseñar a los niños como solucionar los conflictos es llevarlos a realizar actividades físicas o un deporte en particular.
5- Supervisión de los adultos. En algunas ocasiones los padres no pueden estar con sus hijos, en estos momentos cumplen una función importante los maestros, para supervisar el comportamientos de los niños e indicarles que comportamientos no son adecuados. 6- Jugar con ellos. Cuando se juega con los niños se realiza en forma indirecta un trabajo de aprendizaje en cuanto a la capacidad de manejo de sus conflictos en los que se ven envueltos. 7- Generar debates pacíficos entre los niños. Este es uno de los mejores consejos para enseñar a los niños a solucionar los conflictos, ya que aprenden a tener control en momentos en donde las demás personas dicen algo con lo que no están de acuerdo. 8- La instrucción hace que se disminuyan los conflictos. Por medio de la instrucción de los adultos, los niños aprenden que las diferencias son normales y que se deben respetar para tener un buen dialogo.
9- Para que los niños aprendan a controlar sus emociones a la hora de solucionar los conflictos es necesario que los padres les den un buen ejemplo, ya que si los pequeños ven que sus padres son agresivos, ellos también lo van a querer ser.

