El marco inocultable de la 65ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), celebrada en Buenos Aires, fue la conflictividad entre el gobierno argentino y los medios una situación que, con matices propios, se replica en la región.

La SIP denunció "la acción coordinada de los gobiernos para controlar a la prensa y el desprestigio constante al que la someten, el avance desmesurado de la violencia contra los periodistas, la proliferación de leyes restrictivas y arbitrarias, decisiones judiciales que limitan la libertad informativa" en América latina. Los 500 editores de más de 1300 publicaciones analizaron las distintas modalidades de agresión a la prensa, como "la tendencia de manipulación legal" caso de la ley de medios, recientemente sancionada.

Sin un periodismo independiente, comprometido con la misión de informar con rigor y veracidad y de opinar abiertamente, ninguna nación puede avanzar hacia la consolidación de sus instituciones libres y democráticas. Así como el Estado de Derecho garantiza el respeto irrestricto a los derechos individuales y a la dignidad de la persona humana, la prensa libre se proyecta en el horizonte de la historia universal como el gran instrumento que posibilita el progreso de las ideas y el análisis crítico de la realidad en un amplio contexto de libertad.

Cuando en los siglos XVIII y XIX se organizó el constitucionalismo moderno, los pueblos más identificados con los mandatos del humanismo civilizador comprendieron que el futuro de los hombres libres dependía de que se crearan estructuras de un Estado representativo y democrático concebido a la medida del irreductible principio de la división de poderes. Pero no era suficiente ese último control que el poder del voto le confería al ciudadano sobre las estructuras del Estado. Para impedir la subordinación de los parlamentos al Poder Ejecutivo y el efecto distorsionante de las políticas clientelistas y prebendarias sobre vastos sectores de la población, especialmente sobre los más desprotegidos, se hizo evidente que la sociedad debía contar con un amplio y garantizado desarrollo informativo.

El periodismo es, simplemente, una expresión de libertad nacida en el seno de la propia sociedad independiente y abierta a la búsqueda de la verdad y del progreso y, en todo caso, al alumbramiento de las corrientes de opinión pública necesarias para el crecimiento y la dignificación de la democracia.