Muchos escépticos se ríen del plan del presidente colombiano Iván Duque de convertir a su país en el "Silicon Valley” de América latina. Dicen que se trata de un objetivo poco realista, dado el relativo atraso del país en educación y tecnología. Sin embargo, Duque está en el camino correcto, y es uno de los pocos presidentes latinoamericanos que está pensando en el futuro del trabajo.

 

Silicon Valley es el nombre que recibe la zona sur del Área de la Bahía de San Francisco, en el norte de California, Estados Unidos. Aloja muchas de las mayores corporaciones de tecnología del mundo y miles de pequeñas empresas en formación (start-ups).

Duque, quien estuvo en Miami para participar en un foro público organizado por el Miami Herald y la Universidad de Miami, dice que quiere diversificar las exportaciones de Colombia más allá de productos tradicionales como el petróleo y el café.

Quiere complementarlos con exportaciones de "industrias creativas”, como la producción de películas, producciones de radio y televisión, festivales de música, carnavales, publicidad, gastronomía y diseño digital. Dice que quiere convertir a su país en un "Silicon Valley de la creatividad”.

Parece un plan trivial, pero podría convertirse en un salvavidas económico para Colombia y muchos otros países latinoamericanos que tradicionalmente han dependido de las exportaciones de productos básicos o manufacturas. Según un estudio de la Universidad de Oxford de 2013 realizado por Carl B. Frey y Michael A. Osborne, el 47% de los empleos en Estados Unidos corren el riesgo de desaparecer en los próximos 15 años debido al creciente uso de robots, inteligencia artificial y otras formas de automatización.

El porcentaje de empleos en riesgo de ser eliminados por la automatización es aún más alto en América latina. Esto se debe a que una de las cosas más fáciles que pueden hacer los robots es el tipo de trabajos mecánicos, repetitivos.

Duque me dijo que las "industrias creativas” constituyen una de la grandes soluciones de América latina para lidiar con la creciente automatización de los empleos manufactureros, porque "el mundo tendrá inteligencia artificial, pero no creatividad artificial”.

Respecto de cómo cómo planea aumentar la "economía de la inspiración”, Duque dijo que ya ha aprobado medidas como una amnistía fiscal de siete años para nuevas empresas de industrias creativas que hagan una inversión razonable y empleen a un mínimo de personas. Colombia es rica en talentos creativos: ha producido estrellas de la música como Shakira y Juanes, novelistas como Gabriel García Márquez y artistas como Fernando Botero. Del mismo modo, en toda América latina hay decenas de miles de músicos, artistas, diseñadores, guionistas y diseñadores web talentosos. Algunos eventos culturales y artísticos, como el Carnaval de Río y el Festival de Cartagena, ya contribuyen significativamente a las economías de sus países.

Los escépticos deberían seguir sus pasos, y comenzar a pensar seriamente en diversificar sus exportaciones, antes de que el desempleo tecnológico les explote en la cara.

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El Festival de Cartagena contribuye decisivamente con la economía de Colombia.