Displicente años atrás cuando el tema ni siquiera formaba parte de sus discursos electorales, ahora Obama sorprendió anunciando drásticas medidas para reducir la contaminación ambiental. Despejó así el clima enrarecido previo a la Cumbre de París, donde los 200 países de la ONU, se sentirán ahora más motivados para comprometerse a firmar un acuerdo obligatorio para reducir los gases de efecto invernadero.
El nuevo liderazgo de Obama es irreprochable aunque llega un poco tarde. Pero como dice el dicho, más vale tarde que nunca. Lo interesante esta vez es que Obama no le habló a su país como otras veces, sino que prefirió hacerlo a través de un video oficial por Facebook. El mensaje tiene mayores atributos que una cadena nacional; aunque más informal, está dedicado a un público más universal, justo al que estratégica y aparentemente quería hablarle por dos motivos. Primero para anunciarle al mundo que EEUU tiene "una obligación moral" por haber avivado el cambio climático y, por otro, para que el mundo le ayude a contrarrestar la pelea en contra que le dará la oposición republicana.
Es que aunque suene como un plan increíble reducir en un 30% la contaminación de dióxido carbono que emana de las plantas eléctricas a carbón, los republicanos, que dominan el Congreso, consideran que el Plan de Energía Limpia debilita el poder autónomo de los estados en materia ecológica y destruirá millones de empleos. Pero no tienen razones muy válidas, actúan como oposición temiendo que Hillary Clinton herede estas buenas medidas ambientalistas para su campaña de 2016. En realidad, las energías alternativas, eólica y solar, crearán más empleos que los que se perderán por las energías aferradas a la ya fenecida revolución industrial que causó estragos con el clima.
Los republicanos tampoco tienen mucho plafond político donde aferrarse. Tarde o temprano deberán dejar de pensar electoralmente y sumarse a esta nueva conciencia universal (y científica) de que todos los países deben hacer esfuerzos, incluidos los otros dos grandes contaminantes de la Tierra, China y la Unión Europea, para evitar que la temperatura suba más de 2 grados centígrados y se desaten efectos catastróficos.
Obama, oportunista o a conciencia, pasará a la historia sin dudas por sus virtudes ecológicas. No solo como el primer presidente que impone límites concretos y positivos contra la polución por dióxido de carbono, responsable del 31% de la contaminación, sino también por haber impuesto severas obligaciones a las automotrices para que fabriquen autos con mayor autonomía, más eficientes y eléctricos.
Sumado a sus medidas y a su mensaje universal sobre que "somos la primera generación que siente las consecuencias del cambio climático y la última que tiene la oportunidad de hacer algo para detenerlo", Obama se está cimentando como líder. Tampoco se puede pecar de pesimismo como ocurrió en diciembre pasado tras la reunión preparatoria sobre el clima en Lima, cuando se descartaron acuerdos y obligaciones. El hecho de que China se haya comprometido por primera vez a reducir su contaminación y la encíclica verde del papa Francisco, el pronóstico del clima para la Cumbre de París ha mejorado sustancialmente.
