Diez de las aplicaciones más populares de Facebook exponen la información de los usuarios de la plataforma a decenas de agencias de publicidad y empresas de seguimiento de actividades en Internet. Esta es la conclusión a la que llega una investigación realizada por The Wall Street Journal.
El diario norteamericano descubrió que algunas de las aplicaciones más populares de Facebook estaban enviando el número de identificación de sus usuarios a la empresa de mercado "on line” RapLeaf, que cruzaba este número con su base de datos para identificar con nombre y apellido a cada persona, que luego recibían las agencias de avisos "on line”. Esta práctica está expresamente prohibida por las reglas de Facebook que, al enterarse, procedió a cancelar el acceso a algunas aplicaciones involucradas.
Nuevamente se pone de manifiesto la necesidad de ser cautos en la información que se da a conocer en línea, ya que es imposible controlar los datos que se suben a Internet. Facebook, es la red social más popular del mundo, con 500 millones de usuarios, y sustenta gran parte de sus actividades en función de la publicidad personalizada que pueda ofrecer la plataforma a diversos anunciantes. En la Argentina, son entre 10 y 12 millones los usuarios.
Dos congresistas estadounidenses le pidieron a Mark Zuckerberg, presidente de esta red social, más detalles sobre la forma en que las aplicaciones del sitio manejan la información que obtienen de los usuarios. En su carta, los legisladores le preguntan cuántos usuarios han sido impactados por esta violación a la privacidad, cuándo se enteró la empresa de estas irregularidades y cómo va a resolver el problema. En una rápida respuesta oficial se aclaró que el sitio implementará una nueva tecnología para que esto no vuelva a ocurrir.
La explicación es que todos los procesos de comunicación e intercambio de información entre Facebook y otras redes sociales, los desarrolladores que crean aplicaciones y las agencias de publicidad y marketing "on line” están automatizados. Sin embargo los responsables existen, no son las computadoras las que deciden filtrar información por sí solas.
Por todo esto, es necesario asumir un rol protagónico y responsable al administrar la identidad virtual, ya que la prudencia nunca está de más.
