El incremento de redes sociales, fotografía y video digital, el auge de telefonía móvil, e-mail y la navegación web expandieron la información hasta límites insospechados. Diversos estudios advierten que los centenares de mensajes que reciben los empleados son una de las principales causas de estrés en empresas. Según "Rescue Time”, que investiga la incidencia de la tecnología en los hábitos de las personas, quienes trabajan frente a una computadora se detienen a revisar su correo electrónico unas 50 veces por jornada. La mayoría destina hasta dos horas diarias a limpiar y ordenar sus casillas de mail, y muchos casos duplican ese promedio.
Hay quienes experimentan una compulsión a leer sus correos y se angustian ante la posibilidad de perder un mensaje importante. Padecen el síndrome de ansiedad del e-mail (e-mail anxiety), un mal que se agrava por el uso de dispositivos móviles. Sin llegar a casos extremos, lo cierto es que el exceso de estímulos informativos genera estrés y aturdimiento. Sobre todo aquellos más veloces, como los flashes informativos televisivos, las alertas de noticias que se reciben en la computadora o en el celular, y los mensajes de Twitter, con más de 80 millones de usuarios para contar en 140 caracteres lo que están haciendo.
Según un estudio publicado en la revista científica "Proceedings of the National Academy of Sciences”, el bombardeo de mensajes que hoy se multiplica a través de la web anula la capacidad de empatía y de discernimiento moral que requieren las decisiones humanas. Aquella información instantánea y carente de contexto, que busca llamar la atención y conmover al receptor, termina logrando lo contrario: la disfunción narcotizante de la que hablaba el austríaco Paul Lazarsfeld (1901-1976), uno de los teóricos pioneros de las ciencias de la comunicación.
Internet tiene un conjunto de características positivas, aunque la pulsión por estar todo el tiempo conectado a una pantalla encierra el peligro de desconectarse y perder la noción de la realidad, advierten los psicólogos. La proliferación de tecnología de la información aumenta la capacidad de comunicación. Cuando se basa en valores compartidos arraigados en la naturaleza de la persona, el diálogo intercultural y la moderación, se convierte en un instrumento privilegiado de civilización.
