En octubre pasado, el sector privado compró 3.500 millones de dólares a razón de 160 millones diarios, convirtiéndolo en el mes que se registró la mayor fuga de capitales privados desde 2001.
En el segundo trimestre de 2009, se repitió la tendencia del primero con una salida de casi 6.000 millones de dólares, por lo que la proyección anual sería en torno a los 20.000 millones. La cifra podría ser superior si el Gobierno no reordena el frente fiscal y las cuentas externas. El principal problema de la economía no es la crisis internacional ni la recesión con inflación que el Ejecutivo combate con anuncios carentes de verdad disfrazados de estadísticas. Lo que la ciudadanía reclamó el 28 de junio con su voto, y todos los días hábiles con la compra de dólares, es que cambie la política, no los nombres.
No se volverá al crecimiento de la economía porque se coloque al frente del ministerio a Amado Boudou, un profesional formado en el liberalismo ortodoxo, que pasó sin escalas al estatismo ortodoxo. Menos aún, cuando el ministro afirma que la continuidad del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, "no es un tema importante hoy", y seguirán trabajando juntos.
Si lo que se requiere es inspirar confianza para que retornen las inversiones y el financiamiento, no se eligió el mejor camino con los nuevos nombramientos. La intención no aparenta ser otra que insistir y profundizar una política que fue derrotada en los mercados y en las urnas y que ha llevado a la Argentina a una situación más seria que la que podría causarle la crisis internacional.
Las políticas que Guillermo Moreno ejecuta con énfasis derrumbaron la actividad en una recesión profunda, pese a lo cual la inflación persiste en altos niveles. Sólo el estallido de 2001 o la hiperinflación fueron más eficientes para generar nuevos pobres. Ni siquiera las manipuladas estadísticas oficiales lo disimula. La demanda de energía eléctrica se redujo, incluso según el Indec. Las cuentas públicas ya están sufriendo los efectos de la menor recaudación y un gasto que hasta ahora creció mucho más que los ingresos.
Los inversores no son dogmáticos, por lo que, si se tiene la grandeza de cambiar el rumbo en la economía y, si se dan las condiciones para obtener retornos interesantes, los capitales volverán.
