La ondulación de las carpetas asfálticas de las principales rutas de nuestra provincia ya han provocado varios accidentes de tránsito, sin pérdidas de vidas humanas, pero con cuantiosos daños materiales. El caso más emblemático está en las inmediaciones del puente sobre el Río San Juan, de la Ruta 20, en Caucete. En ese lugar, en los últimos seis meses se han registrado tres accidentes de automóviles y camionetas que han colisionado entre sí, o contra el guardrail de protección, y hubo un camión que volcó provocando que toda la mercadería que transportaba quedara esparcida en la ruta.
La causa de estos hechos, según los propios afectados, es que los vehículos al pasar por el lugar, donde la capa bituminosa ha sufrido una gran deformación por el peso de los rodados o porque la base está cediendo por las características del suelo, pierden el control.
Algo similar ocurre en los derivadores de tránsito en las inmediaciones del Monumento al Gaucho, en el empalme de la Ruta 20 con el Acceso Este, en Santa Lucía; o en las conexiones entre la Av. de Circunvalación y el Acceso Sur, en la zona de Trinidad, Capital. También es conocida la situación que se plantea en un amplio tramo de la Av. de Circunvalación, en Desamparados, donde desde hace ya varios años la carpeta asfáltica se encuentra deformada constituyendo un serio peligro.
En cada caso, los organismos viales pertinentes se han encargado de señalizar el riesgo con carteles que limitan la velocidad de circulación o advierten sobre la deformación de la calzada, pero esto no alcanza para solucionar un problema que se está agravando cada día y que amenaza con provocar nuevos y más graves accidentes de tránsito.
