El jefe de gobierno Mauricio Macri -uno de los tres principales candidatos para las elecciones presidenciales argentinas del año próximo- mudará la alcaldía de su actual sede en pleno centro de Buenos Aires al barrio sureño de Parque Patricios, una de las áreas más postergadas de la ciudad. La idea es revitalizar Parque Patricios, y al mismo tiempo descongestionar el tráfico y reducir la polución ambiental del centro de Buenos Aires.

La nueva sede del gobierno funcionará en un edificio ultramoderno de vidrio y acero, de u$s 30 millones, diseñado por Sir Norman Foster, uno de los arquitectos más famosos del mundo. La empresa de Foster, Foster y Asociados, ha construido, entre otros, los aeropuertos futuristas de Beijing y Hong Kong, la Casa de Gobierno de Londres, y ha reconstruido el Reichstag, como se conoce al parlamento de Berlín.

Visité el edificio casi terminado de Parque Patricios, y es realmente impresionante. Ocupa toda una manzana, está iluminado con luz natural la mayor parte del día, y su interior da la impresión de contener una serie de balcones suspendidos en el aire, donde funcionarán oficinas sin paredes.

Otras ciudades europeas y latinoamericanas, como Barcelona, España, y Medellín, Colombia, ya han mudado algunas oficinas gubernamentales y centros culturales a barrios pobres, con el objetivo de revitalizarlos. Medellín también ha construido una gigantesca escalera mecánica al aire libre que conecta a la ciudad con los 140.000 residentes de uno de sus barrios más pobres, ubicado en la cima de un monte. Desde que se construyó la escalera mecánica en 2011, el barrio Comuna 13 es más próspero y seguro.

Macri me dijo que la nueva sede en Parque Patricios será otro paso de muchos para revitalizar el sur de la ciudad. Mediante exenciones impositivas y otros incentivos ofrecidos, 174 empresas y tres universidades ya se mudaron a esa zona, señaló. "El modelo de los suburbios de las ciudades de Estados Unidos, en que la gente viaja muchas horas para ir a su trabajo, ha fracasado”, me dijo Macri, agregando que Buenos Aires copió ese modelo y ahora mucha gente pasa tres horas por día viajando para llegar a su trabajo. "Tiene mucho más sentido que la ciudad tenga varios centros de actividad, donde la gente pueda vivir, trabajar y autoabastecerse”, agregó.

Cuando le pregunté al alcalde de Miami, Tomás Regalado, si no sería una buena idea que la ciudad de Miami mudara su alcaldía de su actual sede, con vista a la bahía, a alguna de las zonas más pobres de la ciudad, me dijo. Según Regalado, la ubicación céntrica de la alcaldía de Miami tiene la ventaja de ser accesible a personas de toda la ciudad, lo cual permite que todos sus residentes puedan participar en audiencias públicas.

Mi opinión: Miami, que tiene una concentración cada vez mayor de edificios de lujo frente a la bahía -ahora se está discutiendo la construcción de una mega torre futurista de u$s 430 millones y conocida como SkyRise Miami, que será el equivalente a la Torre Eiffel-, debería considerar la posibilidad de seguir los pasos de Buenos Aires.

¿Por qué no mudar la alcaldía, o algunos de los muchos museos ultramodernos de la ciudad, a zonas pobres, para obligar a la gente a ir allí y revitalizarlas?