Muchos padres se preocupan del tiempo libre de sus hijos el día en que ocurre algún suceso grave. Por ejemplo, cuando el hijo que fue a la "movida” no aparece en casa transcurridas algunas horas; o cuando ha sido detenido a causa de una pelea en el boliche; o cuando descubren que su hijo ha caído en el abuso de sustancias o actividades sexuales.

Son muchos los padres que no saben nada sobre el "fin de semana” de sus hijos: donde están, con quién están, qué hacen, o a qué hora regresan. Tampoco escasean los padres ingenuos que frente a esta problemática dicen: "Mi hijo no”, es decir, es incapaz de hacer algo malo.

Otros se quejan de que sus hijos malgastan su tiempo libre en horas frente el televisor y la computadora, restando tiempo a otras actividades, como la lectura, el deporte, o las salidas en familia.

Llamamos tiempo libre, al tiempo empleado en actividades fuera del horario de trabajo. Es "libre” en cuanto ofrece más oportunidades para que las personas tengan conductas libres. El individuo decide libremente que actividad quiere desarrollar en ese tiempo. Por eso, se habla de tiempo de descanso en función de un "cambio de actividad” más grata y agradable para el individuo.

Muchos adolescentes piensan que su tiempo libre consiste en pasarse todo el día sin hacer nada, es decir, sin esfuerzo.

Ahora bien, existe la necesidad de una educación para el buen uso del tiempo libre por parte de los hijos. Esto implica usarlo bien, es decir, con sentido, de forma racional y responsable. El tiempo libre no es ociosidad o inactividad, sino cambio de actividad. Es ocuparse de otra cosa diferente del trabajo profesional. Es un tiempo más relacionado con el deporte, la cultura y la convivencia. El estar sin ocupación da la sensación de inutilidad, pasividad y aburrimiento.

Esta orientación educativa debe comenzar cuanto antes y consiste en enseñarles a los niños y adolescentes a saber beneficiarse de las posibilidades del tiempo libre, evitando, a su vez, sus riesgos.

Los objetivos que los padres deben tener en cuenta pueden ser: a) evitar la ociosidad; estar siempre ocupados en los tiempos libres.

b) que lo que hagan en ese tiempo libre lo hagan bien, lo mejor que puedan (autoexigencia). c) que procedan con autonomía personal en la elección de actividades con el fin de que éstas estén relacionadas con el interés de la persona. d) que adquieran sentido crítico para distinguir las actividades beneficiosas para la propia formación personal, de las actividades perjudiciales. e) fomentar actividades al aire libre cuando ellos sea posible: excursiones, paseos, campamentos, etc.

En definitiva, en la época actual, la ocupación del tiempo libre con actividades recreativas es fundamental. La vida del hombre no se agota en el trabajo. Por lo tanto, los padres deben asumir un rol educativo también en este aspecto, guiando, fomentando y participando del tiempo libre de sus hijos.

El descanso y el tiempo libre también influyen en el desarrollo de personalidad, por lo que éstos deben estar en concordancia con el bien, la verdad y la belleza. Los padres deben facilitar a sus hijos dicha información y darles criterios tanto antes como después de disfrutar de su tiempo libre.

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