Según una encuesta de Gallup y el BID, los latinoamericanos están mucho más satisfechos con sus sistemas educativos que los estadounidenses, los alemanes o los japoneses, a pesar de figurar en los últimos puestos en las pruebas estudiantiles y en los rankings internacionales de educación. Mientras el 85% de los costarricenses y el 84% de los venezolanos están satisfechos con su educación pública, sólo 66% de los alemanes y 67% de los estadounidenses están conformes con los suyos, dice la encuesta. Por su parte el test PISA de jóvenes de 15 años, indica que mientras los estudiantes de Hong Kong, China, sacan un promedio de 550 puntos en matemáticas, los de Corea del Sur 542 puntos y los de Estados Unidos 483 puntos, los estudiantes de Brasil, México, Argentina, Chile y Perú promedian 400 puntos, y otros países de la región mucho menos.
En educación superior e investigación, las estadísticas son más preocupantes. No hay una sola universidad latinoamericana entre las 100 primeras del mundo del "Ranking de Educación Superior del Times 2009-2010”. Otro ranking de la Universidad Shanghai Jiao Tong, tampoco incluye a ninguna universidad latinoamericana entre las mejores 100, a pesar de que Brasil y México figuran entre las 13 economías más grandes del mundo.
Mientras China invierte el 1,4% de su PBI en investigación y desarrollo Brasil invierte tan sólo 0,9%, Argentina 0,6%, México 0,4% y Colombia y Perú 0,1%, respectivamente. En investigación, Corea del Sur, que hace apenas 50 años era más pobre que la mayoría de los países latinoamericanos, registra 80.000 patentes mundiales anuales, Brasil sólo 600 patentes, México 300, y Argentina 80, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Sólo el 27% de los jóvenes latinoamericanos en edad universitaria están inscriptos contra el 69% de los países industrializados.
¿Puede América latina remontar este rezago? Por supuesto que sí. Hay ejemplos que podrían mejorar rápidamente la calidad educativa. Chile creó un fondo de 6.000 millones de dólares para otorgar 6500 becas anuales a graduados universitarios para que hagan doctorados en las mejores universidades de EEUU y Europa. Uruguay fue el primer país del mundo en darle una computadora a cada niño en las escuelas públicas y Brasil tiene un exitoso movimiento que impulsa mejoras en la calidad educativa.
Pero el primer paso debe ser acabar con el triunfalismo, como el del presidente Felipe Calderón que expresó que México es una "’fortaleza” educativa. Como decía Gates, ser más humildes y, con una sana dosis de paranoia constructiva, como la de los asiáticos, se podrá vencer la complacencia, crecer más y reducir rápidamente la pobreza.
