La inseguridad, en sus diversas modalidades, afecta a todos los sectores de la sociedad, pero se viene ensañado con las personas mayores, en particular jubilados, pensionados, o los miembros más vulnerables de la llamada Tercera Edad.
Según informes policiales y de entidades que agrupan a este sector etario de la población, caso de centros de jubilados y pensionados provinciales y nacionales, y agrupaciones de adultos mayores, los ataques delictivos se han incrementado pasando por distintas etapas: desde los engaños en las puertas de los bancos, mediante el conocido "cuento del tío”, hasta las agresiones físicas en sus propios domicilios.
Esta situación está generando un reclamo generalizado de las asociaciones de los adultos mayores, para que estos reciban la protección adecuada en los distintos ámbitos que frecuentan. La tranquilidad física y psicológica es lo que se pretende recuperar, ya que cada vez es más evidente que los mayores temen por su integridad física y se sienten indefensos ante las personas que los rodean en el medio. Hay casos de jubilados que se han recluido en sus hogares por temor a ser atacados en la vía pública o dejar sus casas solas a merced de los ladrones, ya que las estadísticas indican un aumento considerable de estos ilícitos.
Una mayor vigilancia en sitios de concentración de actividades de los adultos mayores, como bancos, centros de jubilados o lugares de divertimento, complementado con algún sistema de alarma domiciliaria o barrial, podría llegar a contribuir para minimizar los riesgos. En tanto los reclamos serán planteados institucionalmente, octubre próximo, cuando se celebre un encuentro de distintas entidades que los representan.
