Entrevistado por el diario Des Moines Register, Obama dijo: "’Si soy reelecto, una de las principales razones de mi victoria será que el candidato republicano y el Partido Republicano han ahuyentado a la minoría más grande del país, la comunidad latina”.

Romney respondió de inmediato que Obama está dando por sentado que el voto latino será suyo, y recordando a los hispanos que Obama no cumplió con su promesa de aprobar una reforma inmigratoria en su primer mandato. Sin embargo, la campaña de Romney se volcó tan a la extrema derecha en temas como inmigración, impuestos y otros asuntos importantes para los latinos, que la mayoría terminará viéndolo como el candidato "’antilatino”.

Es probable que Romney -gane o pierda-, pase a la historia como el republicano menos votado por los latinos en la historia reciente. Una encuesta de NBC/Telemundo/Wall Street Journal revela que Obama aventaja a Romney por nada menos que 70% contra 25% entre los votantes latinos. Si Romney obtiene el 25% del voto hispano, será el peor resultado alcanzado por un candidato republicano desde 1996. George W. Bush consiguió 35% del voto latino en 2000 y 40% en 2004, y John McCain obtuvo 31% del voto latino en 2008. No hay que ser un experto para entender por qué Romney es tan impopular entre los hispanos. Él mismo se lo buscó.

En su muy difundido discurso ante un grupo de adinerados donantes en mayo, grabado secretamente y hecho público recientemente, Romney dijo que el 47% de los estadounidenses votarán por Obama "’de cualquier manera”, porque "’dependen del gobierno”. Y agregó: "’Mi tarea no es preocuparme por esa gente”. Cuando Romney expresó que no era su tarea preocuparse por el 47% que depende de la ayuda gubernamental, muchos latinos sintieron que estaba hablando de ellos.

Romney trató de bajar el perfil a sus posturas extremas contra los indocumentados pero sin desdecirse de ellas, como afirmar que la draconiana ley antiinmigratoria de Arizona debería ser un modelo para toda la nación. También dijo que vetaría el proyecto de ley Dream Act, que daría una vía hacia la ciudadanía a más de un millón y medio de estudiantes inmigrantes que fueron criados en el país.

También Romney defendió la "’autodeportación” de casi 11 millones de inmigrantes indocumentados, que muchos entendimos como una propuesta para hacerles la vida tan imposible a los indocumentados, que no les quede más opción que volverse a sus países. Para los latinos, esa estrategia llevaría a la discriminación racial de cualquiera con un nombre o acento hispano.

Mi opinión: Obama está en lo cierto al decir que Romney ahuyenta a la minoría mas grande del país en su afán de conseguir el apoyo de la extrema derecha republicana. Pero la clave no será si los latinos apoyan a Obama, sino si salen a votar el día de las elecciones. Ahora, la estrategia de Romney es tratar de disminuir el apoyo del votante latino a Obama recordándoles el alto desempleo de los hispanos, con el propósito de que se queden en sus casas el 6 de noviembre.

Según una encuesta, el 68% de los latinos está motivado para votar, una cifra menor al 76% manifestada antes de la elección de 2008. Obama no hizo mucho para ganar el apoyo latino; Romney se encargó de ello. La gran pregunta -de la que dependería el resultado- es si los hispanos irán a votar.