En línea con el freno de la economía, el desempleo vuelve a subir en Estados Unidos al acercarse las elecciones presidenciales de noviembre, poniendo en peligro la reelección de Barack Obama. Si bien las empresas tomaron en julio último a unas 163.000 personas, la mejor cifra en tres meses y más del doble que en junio, no compensó el aumento de la fuerza laboral y de los despedidos. La tasa de desocupación subió una décima, hasta el 8,3%, inusualmente alto en este país.

La economía estadounidense mantiene un comportamiento igual al del comienzo de la crisis en 2007: El segundo trimestre de 2012, el PBI aumentó un 1,5%, medio punto menos que en los tres meses anteriores y, con este dato de desempleo, la Reserva Federal probablemente decidirá en septiembre poner más dólares en circulación. Por su parte, el Banco Central norteamericano indicó la semana pasada que vigilaría de cerca esta paralización y si el índice no bajaba más velozmente, intervendría para promover una recuperación económica más fuerte. Es decir, comprando más bonos, bajando aún más los tipos de interés -están entre 0 y 0,25%-, o prometiendo que no los subirá hasta 2016 o más allá.

La decisión del Sistema de Reserva Federal llegará el 13 de septiembre, a sólo un mes y medio de las elecciones, mientras los republicanos se oponen a utilizar la política monetaria para colocar más dinero en el sistema a diferencia de los demócratas que apoyan la inyección del Banco Central. Los últimos datos fueron utilizados de inmediato por la campaña del rival de Obama, Mitt Romney, al declarar que el presidente "no tiene un plan y cree que al sector privado le está yendo bien” y subrayó que el problema lleva 42 semanas por encima del 8% de desocupación. La Administración Obama calculaba en 2009 que ahora el índice ya estaría por debajo del 6%, y culpa a los europeos de las dificultades para recuperar la economía de EEUU.

Sólo Franklin Roosevelt consiguió ser reelegido con una tasa más alta: en 1936 ganó pese a que el desempleo era del 16% y cuatro años después venció de nuevo con una tasa del 14%, caso similar al de Ronald Reagan, reelecto en 1984 con más del 7% desempleo. Fueron presidentes muy populares, lejos de Obama que lucha mes a mes por mantener la aprobación de la mitad de los votantes.