La Argentina cierra este año con 25% más de inversión minera, o 317.419.100 millones de pesos distribuidos en más de 10 proyectos exploratorios en el país, incluyendo el reflote de El Pachón, en San Juan. En ese sentido todas las provincias mineras han dado un salto considerable en materia de desarrollo económico con efecto multiplicador en la generación de empleo, regalías y provisión local de insumos y servicios.
El panorama es diferente donde la presión de los movimientos ambientalistas ideológicos, sin conocimientos específicos, torcieron el brazo a los gobiernos para dictar leyes en contra de la minería, o archivar proyectos de inversión, sin dar lugar al debate y menos al esclarecimiento, de manera de hacer sustentable una explotación compatible con el resto de la actividad económica. A la hora del balance, el principal lamento es del gobernador de Mendoza, Francisco "Paco” Pérez, por la frustración del proyecto Hierro Indio, el último tropiezo de numerosas factibilidades mineras con cifras siderales de inversión que fueron rechazadas.
En declaraciones periodísticas, Pérez sostuvo que al tema minero hay que abordarlo con un debate muy serio y profundo y, como una herramienta válida, podría incorporarse a las universidades para que lo lleven adelante. El mandatario expresó que si los departamentos declarados en defensa del medio ambiente, como los del Valle de Uco o General Alvear, sostiene una matriz productiva asociada al turismo o a la agroindustria, los va a apoyar con las obras necesarias, pero aclaró que también apoyará a Malargüe en su cruzada pro minera.
Es que Malargüe desde hace un siglo desarrolla el petróleo en convivencia con reservas como la Laguna de Llancanelo o centros turísticos como Las Leñas. "En el debate Hierro Indio se discutió con alguna intencionalidad y sobre todo cuando la gente se manifiesta. Como es difícil generar ese debate, aceleraron el proceso en la Legislatura y lo archivaron, que es lo más fácil, cuando tendrían que haber sentado a la comunidad que se opone y explicarle el proyecto. Ahí retrocedimos varios pasos como sociedad”, afirmó Pérez, sin ocultar su enojo.
La clase política y en particular los legisladores, exhibieron un total desinterés por el tema. Ni siquiera se informaron en que la etapa exploratoria de Hierro Indio no se utiliza agua (reclamo de los ecologistas) y que cambió el tratamiento del hierro de la década del ’70. Ahora se aplica otra tecnología, sin ninguna de sustancia química, ni prohibida ni permitida por la ley 7722 de Mendoza.
