Un sanjuanino insigne, algo olvidado por la Historia, fue el Dr. Adán Quiroga. Su gran obra, en base a trabajos y observaciones etnográficas, continúa siendo uno de los pilares en los estudios folclóricos-arqueológicos. Adán Quiroga nació el 6 de marzo de 1863 en la ciudad de San Juan, aunque a los pocos años emigró junto a su familia a la provincia de Catamarca. En este lugar aprendió las primeras letras. Posteriormente continuó los estudios superiores en Córdoba, donde entabló amistad con el riojano Joaquín González. Graduado de abogado, ocupó importantes cargos, incluso llegó a incursionar en las actividades políticas en las que sobresalió por su elocuente retórica. Además, escribió con su refinada pluma bellos poemas que fueron exaltados por importantes escritores de su tiempo. Sin embargó, donde Adán Quiroga manifestó sus magníficas aptitudes, fue en el ámbito de la investigación etnográfica, y también arqueológica. Sus biógrafos manifiestan que sentía un entusiasmo admirable por todo aquello que se relacionaba con la cultura en el sentido antropológico. Es por ello que su nombre se equiparó con otros grandes de la época, como Juan Ambrosetti o Samuel Lafone Quevedo, entre otros eruditos. Uno de sus primeros pasos en la investigación arqueológica fue formar parte de la expedición del Instituto Geográfico en los Valles Calchaquíes, realizando un prolijo registro de distintas antigüedades indígenas, el cual se plasmó en una interesante publicación. Sus obras descollantes en la disciplina arqueológica fueron: "Calchaquí" y la "Cruz de América", editadas en 1897 y 1902 respectivamente. En ellas no sólo hace referencia a cuestiones prehistóricas, sino que también aborda la temática desde una perspectiva antropológica. Otras producciones publicadas en forma de monografías o artículos periodísticos y que luego fueron recopilados, fueron: "El machi y la medicina indígena", "El Tincunaco" y "El diablo del Norte". En 1904 se trasladó a la Capital Federal convocado a ocupar la Subsecretaria del Ministerio del Interior. Fue en estas circunstancias que hizo crisis una antigua enfermedad, cuyas consecuencias le produjeron su fallecimiento el 10 de noviembre de ese año. Hasta sus últimos días vivió preocupado por continuar con sus investigaciones. En San Juan, aunque se sabe poco de su obra y accionar, una escuela lleva su nombre en la localidad de Las Tapias, en Albardón, además del conocido paraje "Adán Quiroga" situado en la ruta que nos lleva a Jáchal.

El Dr. Adán Quiroga merece ser más conocido por las nuevas generaciones de sanjuaninos y su obra de profundos estudios etnográficos.

 

 

Por Edmundo Delgado
Profesor – Magister en Historia