La semana pasada, el presidente del Comité Judicial de la Cámara, Lamar Smith (Republicano de Texas) y otros 11 de sus colegas republicanos propusieron el proyecto de ley E-Verify, que exigiría a los empleadores usar una base de datos del Departamento de Seguridad Nacional para comprobar el estatus inmigratorio de todo nuevo trabajador. Según fuentes legislativas, el proyecto de ley tiene buenas posibilidades de ser aprobado en la Cámara de Representantes, controlada por el Partido Republicano.

En el Senado, una ley semejante fue patrocinada por el senador Chuck Grassley (Republicano por Iowa) y respaldada por otros nueve colegas republicanos, incluyendo Marco Rubio de Florida. No se sabe cuál será su suerte en un Senado que esta bajo el control de los Demócratas.

Los partidarios del E-Verify argumentan que el sistema ya es obligatorio en estados tales como Arizona, Georgia y Alabama, y que funciona bien. El proyecto del congresista Smith daría a los empleadores hasta dos años para usar E-Verify con todo nuevo empleado, y les daría la opción de usar el sistema también para los empleados existentes.

Con el índice de desempleo en 9 % por ciento, los empleos escasean, dice Smith en su portal de internet. Sin embargo, pese al desempleo récord, hay en Estados Unidos 7 millones de personas que trabajan ilegalmente. Esos empleos deberían ser ocupados por trabajadores legales. Agrega que el uso del sistema sólo requiere de unos pocos minutos, y rápidamente confirma la legalidad del 99,5 % de los empleados elegibles.

A primera vista, suena perfectamente lógico. Pero cuando uno empieza a ahondar un poco en el tema, resulta que a menos de que el E-Verify vaya de la mano con otras medidas más amplias para resolver la crisis migratoria, la verificación electrónica obligatoria podría causar más problemas de los que solucionaría.

Si el sistema E-Verify se vuelve obligatorio, muchas empresas que dependen de los trabajadores indocumentados, como las empresas agrícolas de Florida y California, se irán a la bancarrota o trasladarán sus operaciones a otros países. La idea de que millones de estadounidenses desempleados harán fila para ocupar los empleos de los peones agrícolas mexicanos o centroamericanos indocumentados es poco realista, porque pocos estadounidenses están dispuestos a realizar esos trabajos.

Mi opinión: E-Verify es una herramienta legítima que puede ser muy útil, pero sólo si se le implementa conjuntamente con una vía para la legalización de los indocumentados que estén dispuestos a pagar multas y aprender inglés. Si no va de la mano de un camino a la legalización, sólo servirá para empujar a millones de personas a la economía subterránea, y hará que miles de residentes legales pierdan sus empleos por errores en la base de datos.

Quien piense que 11 millones de indocumentados, muchos de ellos con hijos estadounidenses, simplemente dejarán a sus familias atrás para volver a su país de origen se está engañando, o está tratando de llevarnos a todos por el peligroso camino de culpar a los inmigrantes por la crisis económica estadounidense. Hay que verificar, al mismo tiempo permitir la legalización de muchos de quienes ya están aquí y contribuyen a la sociedad.