Aunque han pasado algunos días de su publicación en DIARIO DE CUYO (el 17/1/15), creemos de interés referirnos al artículo "Yo no soy Charlie", firmado por el Pbro. Dr. José Manuel Fernández, cuya prédica dominical en la página central lo singulariza por su expresión de un cristianismo profesante y actuante.

Leyendo la nota, renglón a renglón fue creciendo la satisfacción grande de ver que alguien -con sobrada autoridad para hacerlo- enfocaba el tema desde el lado opuesto al parecer común. De París hacia el mundo se esparció el horror por el atentado terrorista a la revista Charlie Hebdo y la gente, en forma masiva, apoyó a esa publicación aclamando, con carteles, pancartas, y de viva voz, "Yo soy Charlie".

Pero quienes repararon en causa y efecto, quienes evaluaron motivos e hicieron análisis -apariencia y verdad- de ese terrible crimen, si bien rechazaron de plano al terrorismo, no apañaron la ponzoña y la mordacidad del semanario.

El artículo que consideramos conlleva la íntegra responsabilidad de hacer ver el error de juicio en que se cae, cuando no se va más allá de la apariencia, sin sopesar fundamentos intrínsecos y extrínsecos. Pocos se asoman a la trastienda, pocos disciernen lo suficiente como para ir más allá de la primera impresión o conmoción, y pocos demostraron cautela y sana expectativa para no incurrir en error. Esa virtud de la percepción clara de las cosas, de poder profundizar nítida y prestamente los hechos, se aprecia con claridad en "Yo no soy Charlie".

Estando en Filipinas, y relacionado con ese atentado terrorista, el papa Francisco subjetivó y diferenció móviles, e hizo ver que "la libertad de expresión debe ejercerse sin ofender. No se debe provocar ni insultar la fe de los demás. ¡Hay un límite!".

La revista "Charlie Hebdo" tiene características incisivas, semanalmente visita a los franceses -cautos o incautos- proyectándoles la imagen de una sociedad mundial cuyos perfiles se vuelven falaces en sus páginas, convirtiéndose, no en agudeza de una broma bien intencionada, sino en la falsedad de un humor deliberadamente procaz e hiriente, endilgado hacia cualquier faceta del acontecer humano que, a juicio de la revista, tenga un asidero propicio para la mofa.

El contexto de la acción terrorista en París entra en el abarcamiento de la ideología musulmana, en cuanto al extremismo de sostener una guerra santa contra el infiel, aquel que no profesa la religión del Islam, revelada por Mahoma. La profesión de fe de los islámicos es profunda, pero los extremismos de proceder están en aquellos que, respaldándose en los fundamentos de "su" guerra santa (Yihad), y con convicción de predestinados actúan sacrílegamente en nombre de Alá (Allah), con el desafuero característico del terrorismo: Dominación por el terror, violencia ejecutada para infundir terror. Si bien el terrorismo "aparece" en el mundo entero, tal vez el islámico sea el más virulento y el más implacable.

La completa nota del Pbro. Dr. José Manuel Fernández, lleva de suyo un apéndice sobre la conculcación de los Derechos Humanos en diferentes regiones del planeta. Luego de distintas consideraciones, y resumiendo, dice: "Es preocupante que de 196 Estados que tiene el mundo, en 116 de ellos el derecho a la libertad religiosa, y el de las minorías, encuentre obstáculos, y estén viviendo la persecución o la muerte".

Sin dudas, y abarcando a todos los que así pensamos, debemos dar incondicional adhesión a ese "Yo no soy Charlie" del Pbro. Dr. Fernández, pluralizando, eso sí, en correspondencia a su abarque: nosotros "tampoco somos Charlie".

(*) Escritor.