Este título fue publicado por primera vez en este matutino hace una década y media y cuya autoría intelectual es de la maestra y profesora Ivonne Barud de Quattropani.

Pretendiendo ser estas líneas, un sentido reconocimiento a quien en vida fue ejemplo de persona, de docente, de dirigente que a muchos nos dejó su legado de la lucha por los valores y los principios de la educación, y quien desde estas páginas exponía con valentía, transparencia, honradez y firmeza su pensamiento crítico como aporte para una educación mejor.

El contexto actual de la política impone una mirada opinante sobre algunos aspectos de relevancia educativa al tratarse de una instancia histórica cuya decisiones que se tomen en ámbitos parlamentarios marcaran el rumbo que tomará la educación argentina para los próximos tiempos.

1) El Foro del Bicentenario: la declaración de un número cada vez mayor de intelectuales, escritores, políticos, profesionales, entre otros que integran El Foro del Bicentenario, cuyas voces críticas son cada vez más fuertes y tienen el aporte ciudadano de fortalecer la institucionalidad nacional argentina como baluarte de un nacionalismo auténtico despojado de ideologías partidarias que segmenten a la sociedad, señala la disminución de la matriculación escolar con profunda incidencia en la educación estatal en el período 2003-2011, situación que nunca antes había ocurrido en nuestro país; lo que está señalando de manera irrefutable la ausencia y la carencia de una política nacional educacional que determine primero su importancia como objetivo fundamental de la nación y segundo deja traslucir que la calidad educativa nunca fue una prioridad gubernamental en los hechos concretos, pero fueron los ejes discursivos oficiales de autoridades y funcionarios. Además pone énfasis en temas como el incumplimiento de los gobiernos provinciales de la Educación de Jornada Completa, la gravísima caída en el ranking internacional al lugar 58 sobre 65 países en las pruebas PISA, rechazadas por el gobierno nacional para ocultar los paupérrimos resultados en materia educativa y la marcada desigualdad social que ello genera como es el marco de exclusión social que está viviendo en estos momentos la Argentina.

2) Las Pruebas PISA: el instrumento pedagógico de la evaluación es la gran dicotomía de un gobierno que no encuentra el correcto y adecuado rumbo para diseñar una política educativa que realmente permita formular un sistema educativo cuya aplicación y funcionamiento contemple la interrelación pedagógica y la articulación entre todos sus niveles y cuyos objetivos sean alcanzables conteniendo las necesidades locales, regionales y nacionales con aproximación a estándares internacionales de conocimientos y formación desde el cual el acceso al mercado laboral tenga la posibilidad cierta que su ingreso no sea una quimera.

Esto surge de un análisis de las determinaciones de la autoridades educativas que han rechazado de manera inconsistente y sin línea argumental que nuestros educandos sean sometidos a evaluaciones PISA y que han sido reemplazadas recientemente por la evaluaciones ONE; pero si han determinado que trimestralmente sean evaluados en los contenidos que se planifican para cada tercio del ciclo lectivo a los efectos de evitar que deban rendir todo el programa a fin de año y asegurarles y garantizarles la promoción de las asignaturas. Con lo cual el dibujo de las estadísticas educacionales ya no cae en la responsabilidad de las autoridades educativas, sino en las instituciones escolares. Debemos poner en un contexto de resultados efectivos que las evaluaciones internacionales han guiado a países para revertir su realidad educativa (verbigracia Polonia).

3) Los anuarios estadísticos del Ministerio de Educación de la Nación: han registrado una constante involución en el numero de la población estudiantil, con altibajos y variantes en los distintos niveles; lo que ha provocado hechos de características inéditas para la educación argentina por cuanto por efecto de la aplicación de la ley 1420, 40 años después de su implementación, en la Argentina descendió de un 77% (Primer Censo Nacional de 1869) a un 15% el analfabetismo (el más bajo de Latinoamérica y de muchos países europeos). Mientras que en el 2011 hubo una reducción del 13% de la matriculación inicial, todo lo opuesto, y aún con la implementación de la Asignación Universal por Hijo (AUH) no generó el incremento de la escolaridad deseada por el gobierno actual.

El dato más grave aún es el ocultamiento oficial de estadísticas desde las más altas esferas del gobierno y es que ya en las postrimerías del 2013 aún estamos muy lejos de aquel 30% de escolarización en jornada completa que debió cumplirse en el 2010.

Además de los inalcanzables 190 días de clases pretendidas por las autoridades educativas, están las irreverentes justificaciones de la existencia de "’alumnos ni-ni”, pues de esa manera se benefician de los planes sociales.

En este punto se encuentra la matriz de la falta de calidad educativa y es en esto en que redunda la falta de calidad política e institucional de nuestro país.

(*) Docente.