Hay una gran contradicción en la postura del presidente Donald Trump sobre Venezuela: por un lado tiene un discurso de línea dura -e incluso hace veladas amenazas de una intervención militar- pero por el otro se rehúsa a cortar las importaciones estadounidenses de petróleo venezolano, que son la principal fuente de ingresos de la dictadura de Nicolás Maduro.

De hecho, Estados Unidos ha aumentado sus compras de petróleo venezolano recientemente. Si bien estas importaciones habían disminuido en años recientes, han aumentado desde febrero de este año, y subieron un 28% en septiembre, según la empresa de datos Refinitiv Eikon.
Las compras de petróleo en Estados Unidos representan hasta el 80% de los ingresos petroleros de Venezuela. Si Trump redujera drásticamente las importaciones de petróleo venezolano, Maduro -que ya tiene que hacer frente a una inflación anual de 1 millón por ciento y a una escasez generalizada de alimentos y medicamentos- estaría en aún mayores aprietos, dicen algunos analistas.
Entonces, ¿por qué Trump no reduce las importaciones de petróleo de Venezuela?
Primero, porque las refinerías estadounidenses en la Costa del Golfo se oponen, alegando que eso haría subir los precios de la gasolina y afectaría a votantes de Trump en Louisiana, Texas, Alabama y Mississippi. Trump podría perder más votos en aquellos estados de los que ganaría entre los venezolanos-estadounidenses en Florida, le dicen algunos de sus asesores.
En segundo lugar, la Casa Blanca está centrada en paralizar las exportaciones de petróleo de Irán. Muchos funcionarios temen que causar simultáneamente un colapso de las exportaciones petroleras de Irán y Venezuela elevaría los precios mundiales del petróleo y perjudicaría a los consumidores estadounidenses.
Tercero, y quizás lo más interesante, aunque Trump se muestra como un duro sobre Venezuela para ganar votos en Florida, es probable que tema empeorar la crisis en Venezuela y producir una situación que lo comprometería a una intervención militar allí.
El argumento más fuerte para un recorte gradual de las compras de petróleo de Venezuela es que obligaría a otros países a tomar más en serio los pedidos de Trump de que aumenten las sanciones económicas contra Venezuela. ¿Cómo puede Trump pedirle a otros países que impongan sanciones económicas cuando Estados Unidos es el mayor socio comercial de Venezuela y, en efecto, está financiando al régimen de Maduro?, preguntan muchos.
El año pasado le pregunté al presidente argentino, Mauricio Macri, qué debería hacer la comunidad internacional para restaurar la democracia en Venezuela, respondió que Estados Unidos debería dar el primer paso.
Mi opinión: No sé si un recorte de las importaciones de petróleo venezolano es la mejor opción. Pero si Trump quiere que lo tomen en serio cuando pide aumentar las sanciones económicas internacionales a Venezuela, debería considerar reducir las compras de petróleo venezolano, en lugar de estar enviándole más dinero en efectivo al régimen de Maduro.
