Señor director:

Cuando el tiempo se detiene y uno mira esos tapiales es como volver a principios del siglo pasado. Este tipo de construcción tuvo su origen en tiempos inmemoriales y se prolongó en el tiempo traspasando siglos, al menos así esta planteado. El adobe fue el material elaborado por el hombre que sufrió y resistió al poder de la naturaleza, como en aquel 15 de enero de 1944 cuando sucedió el terremoto más devastador de los últimos cien años. Todo los días paso por ese tapial de gruesos adobes y no dejo de sorprenderme. Sin dudas es un mudo testigo del tiempo, un atractivo histórico o simplemente un sobreviviente de época.

Está solo a seis cuadras del centro en calle Aberastain, en el pueblo viejo de Concepción. Se puede mirar de varias maneras, pero solo una queda, el recuerdo de una construcción hecha por sanjuaninos hace décadas y que es un testigo del tiempo.

Leopoldo Mazuelos
Vecino