Señor director:

Los aumentos de los servicios públicos son prácticamente impagables. Me refiero en especial a las tarifas eléctricas. Soy un humilde jubilado que gana menos de 400 mil pesos mensuales y le ha llegado boletas con la escandalosa cifra de 232 mil pesos. Es decir más de la mitad de mi sueldo. Los funcionarios de turno dirán palabras bonitas como “sinceramiento de precios”. Sin embargo no porque sea jubilado, soy un ignorante. Tengo estudios universitarios. Desde hace décadas el consumo de energía eléctrica es ínfimo, en relación a la cantidad de impuestos que se le incorporan a la factura. Esto también quiere decir que al pueblo se lo está estafando individual y colectivamente. Quién defiende a la ciudadanía.