Señor director:
Durante décadas las distintas generaciones de argentinos contemplamos con tristeza como las instituciones de la Nación se degradaban por las actitudes corruptas de dirigentes, ya sean políticos, sindicales, entre otros. Por lo que luego de tantos años de sufrimientos y una moral decadente en los espacios de poder, se hace necesario que entre todos los hijos de esta tierra comencemos a ver la realidad de una manera más objetiva. Que se comience a trabajar desde lo moral para evitar actos de corrupción que nos salpican a todos los ciudadanos, debido a que de alguna forma, nos dañan en nuestra vida cotidiana.
Por lo tanto deben derogarse leyes que conspiran contra la democracia, como lo es la Ley de Fueros. Esta ley protege a los funcionarios corruptos que pese a ser investigados y juzgados, hacen su carrera política buscando ser elegidos como diputados, senadores, gobernadores o presidentes. Y por más que sean procesados, suelen continuar en sus funciones o postulándose a cargos electivos, como si nada pasara.
La Justicia tiene un gran papel que cumplir para hacer de la Argentina un país que se respete a sí mismo y donde las leyes se cumplan para todos, sin excepciones. No se puede permitir nunca más, que los fueros sean parte de la impunidad de funcionarios sospechados de corrupción como tampoco utilizar el poder institucional como guarida de delincuentes que tanto mal le hizo a la Nación.
Magdalena Ríos
DNI 6.192.583