Señor director:
Como suele decirse habitualmente aunque las circunstancias sean malas, siempre existe una luz de esperanza para quienes hacemos las cosas con buena voluntad. Me refiero en este caso a quienes hemos apostado a la producción de melones. Cuando parecía que la temporada venía muy buena, la piedra que cayó en varios puntos de la provincia nos dejó con la cara larga y muy tristes. En su momento pareció que todo se nos derrumbaba, pero al ver que no éramos los únicos productores afectados, nos arremangamos y salimos a cosechar lo que nos había quedado. Por suerte, en mi caso he podido vender hasta ahora la mayor parte de lo cosechado y salvar parte del esfuerzo que hice. No es lo ideal, pero me ha servido para poder recuperar una parte de lo invertido. En un primer momento pensé que había perdido todo y que los melones que me quedaron no los iba a poder vender. Ahora queda retomar fuerzas y prepararnos para el próximo año. Repito no ha sido lo ideal pero siempre hay que estar agradecido que vamos a subsistir como se pueda.
Eduardo Enrique Bustos
Cochagual, Sarmiento