Señor director:
Un nuevo año hemos empezado a transitar y por ende cada ciudadano tendrá, lógicamente, expectativas propias sobre su futuro. Nos resulta difícil -económicamente- visualizar un horizonte sin nubes, después de esta llamada “reforma previsional” que ya es ley, desde diciembre último.
No voy a negar que este nuevo régimen, que le permite al Poder Ejecutivo Nacional disponer de más de 70.000 millones de pesos, me desestabilizó, me maltrató, me sentí humillado en mi dignidad.
Es que creí que en Macri moría esa nefasta costumbre de los gobernantes que le antecedieron de echar mano a los bolsillos de los jubilados, para cubrir cualquier déficit no provocados por nosotros.
Por otra parte el Presidente dio a conocer recientemente una “hoja de ruta de nuevos derechos humanos” –DIARIO DE CUYO 13/12/17– en la que incluye entre otras normas la “no discriminación”. Sin embargo a los que ganamos más de 10.000 pesos -aporté a dos cajas- no nos alcanzará la decisión de pagar 600 pesos en marzo próximo para quienes perciben la citada suma. Es decir nos discrimina.
Ante esta situación quiero resaltar y agradecer el decidido y genuino apoyo a los jubilados del gobernador Sergio Uñac y de los diputados nacionales Walberto Allende, Florencia Peñaloza y Graciela Caselles que votaron en contra de la ley de reforma y por su patriótica defensa del federalismo, pese a las amenazas, aprietes o extorsiones, algo que, lamentablemente, también se repite.
