Señor director:
Hace unos días salí a caminar por la plaza Ítalo Distéfano, que está frente a la Terminal de Ómnibus. Grande fue mi sorpresa al ver las ruinas de una construcción metálica que era una novedad para la provincia hace menos de un lustro, por lo que había sido nota de medios periodísticos. Se trata de un aparato que funcionaba con energía solar, que proveía de agua caliente para los visitantes que suelen ir a descansar, tomar mate y pasar un lindo momento en familia o entre amigos en ese paseo público. Además tenía puertos USB para cargar celulares. Hoy, solo queda la estructura. Ni siquiera tiene los dos paneles solares que le proveía de energía. Al ver esa desolación, podemos decir que el vandalismo ganó la batalla. Ganó la barbarie sobre la civilización.
Creo que los sanjuaninos que pasan por ese espacio verde, deberían observar estas ruinas para reflexionar y predicar a los comprovincianos sobre los valores morales y la convivencia ciudadana. Al ver esta imagen notamos que fallamos todos. El estado, la comunidad y la Justicia. No se puede seguir tolerando la violencia, el vandalismo y todo lo que conspire contra la paz y la vida en sociedad.
