Señor director:

Una de las formas en las que caen los fanatismos es sacando a la luz todo lo que esconden sus ídolos de barro. A veces el golpe es tan grande que no se acepta que esos ídolos sean tan corruptos. Pero el baño de realidad salpica a todos los involucrados. Y, no hay argumentos políticos que puedan defenderlos. El daño estuvo y está. Todo sale a la luz, como el caso que volvió a estallar en las últimas horas, que vincula al (denominado por el anterior gobierno nacional) “Fútbol para Todos” y su red de corrupción. Tanto es así que tras la declaración de uno de los involucrados argentinos en el llamado “FIFA Gate”, habló sobre los sobornos. Entre las consecuencias, en Buenos Aires, otro sospechoso se arrojó a las vías del ferrocarril Roca.

Con todo lo que está aconteciendo, se hace necesario que el pueblo argentino se despoje de fanatismos sectoriales que conducen a la intolerancia. Terminar con la justicia garantista y que esta sea realmente imparcial. La única forma de salir adelante como sociedad organizada es terminar o disminuir a la mínima expresión todo tipo de corrupción en el país.