Señor director:
Alrededor de 8 horas son las que debe dormir una persona adulta sana en su horario nocturno. Quien invierte ese ritmo natural ocupando las horas del día para dedicarse a dormir, termina por pagar esa inversión con la enfermedad, ya que la noche ha sido hecha para dormir. Las habitaciones en las que se duerme no deben permanecer totalmente cerradas, ni siquiera en época invernal, sino mantenerlas con una ventilación adecuada, con el cuidado de evitar las corrientes de aire. Nunca se debe usar frazadas de las estrictamente necesarias para no sentir frío. Asimismo el reposo no debe ser excesivo, ya que ello debilita las energías vitales, quedando las personas expuestas a la enfermedad. Puede ser útil tomar la siesta, en especial las personas de edad o cansadas, como asimismo en la estación calurosa. Por supuesto que para dormir debe existir el suficiente silencio, ya que sin este no sólo no se puede dormir, sino tampoco descansar. Un problema de la vida actual es el ruido, el cual constituye un serio problema para la salud, por sus efectos perjudiciales, ya que produce daños auditivos, respiratorios, digestivos, circulatorios, visuales, metabólicos y en especial en el delicado sistema nervioso.
