Señor director:

En los días de verano muchas personas tienen por costumbre regar el asfalto. Esta es una actitud que arraigada en muchos vecinos, pero que no hace falta hacerlo. Esta costumbre de regar las calles es de vieja data, cuando hace décadas atrás, la mayoría de las calles eran de tierra y piedra. Claro que esta práctica quedó en parte del pueblo sanjuanino. Me refiero a que muchas personas riegan el asfalto para que se "refresque" un poco, luego de una jornada donde el sol sanjuanino agobia. Eso sucede en muchos barrios del Gran San Juan, donde hay personas, sin distinción de sexo, que riegan sin darse cuenta que el asfalto se va deteriorando, debido a que no es de muy buena calidad. Ante esta situación, como otras tantas que suceden, sería conveniente que las autoridades provinciales como municipales brinden consejos públicos por a través de los medios de comunicación para que entre todos aprendamos a convivir y no dañar lo público, como lo es en este caso el asfalto.