
Voy intentar una analogía futbolera, acercando la historia de dos jugadores recientemente fallecidos, el "Carbonilla" Ramírez y el "Trinche" Carlovich, a partir de haber vivido, ambos a su tiempo, una "tarde de gloria". Por lo cual, salvando las distancias, quedaron para siempre en la retina y memoria de los amantes de la pelota. En el caso de Carlos Ramírez, voy a saldar una cuenta, porque le debía esta nota a raíz de su desaparición, aunque por suerte pude en vida y a través de una entrevista con José Suárez, poner de resalto su tarde inolvidable, que fue en 1970. La misma quedó para siempre en la memoria de los que vimos aquel partido frente a All Boys de la Pampa y que significó que San Martín (foto) se clasificara para jugar el campeonato Nacional de ese año. Ambos equipos, habían empatado previamente en el primer partido jugado en La Pampa, cuando en la revancha estaba por terminar el encuentro, también empatado, e iban derecho a los tiros penales. Suárez ya lo tenía pensado y superado el minuto 40 del segundo tiempo hizo un cambio que nos dejó helados. Salió el "Pancho" Velázquez e ingresó Ramírez, quien ya había demostrado atribuciones como atajador de penales, pero entraba frío a un partido muy caliente. Para All Boys pateó los tres tiros seguidos un mismo jugador, ¡y a los tres los atajó Ramírez! Increíble. La emoción que se vivió en las tribunas se prolongó en el césped, donde el "Carbonilla" era abrazado por sus compañeros. Después vinieron los panales para San Martín, que ejecutó el uruguayo Cardozo, hombre de gran experiencia en el fútbol profesional, y luego que le atajaran el primero, convirtió el segundo penal. Así el "verdinegro" logró su primer paso al fútbol grande de la Argentina y el "Carbonilla" se hizo inmortal para su hinchada. En el caso del mítico jugador rosarino Tomás Felipe Carlovich, pasó a la fama principalmente por un partido, jugado en Rosario en los meses previos al mundial de 1974. La exaltación de esa perfomance, que pasó a la historia, se debe a que Carlovich junto a su inmensa categoría, adosó una falta de interés por los entrenamientos e indiferencia por transitar en la alta competencia, nacional o internacional, que lo hizo desaparecer de las grandes carteleras. Pero siguió vivo el recuerdo de su gran calidad. La tarde de Carlovich fue en un amistoso jugado entre la selección argentina que se preparaba para el mundial de 1974 y un combinado rosarino. Este combinado, estaba conformado por 5 jugadores de Rosario Central, 5 de Newell’s y el undécimo era Carlovich, que la descosía en la primera "C", jugando para Central Córdoba de Rosario. Lo cierto es que este jugador la estaba "rompiendo" en ese partido, que ya en el primer tiempo Rosario ganaba por 3 a 0. El "Polaco" Cap, que era el director técnico de Argentina, sufría a la orilla del campo. Entrados ya en la segunda etapa no pudo más. Se acercó a Juan Carlos Montes, que dirigía a los locales, y le pidió que reemplazara a Carlovich para dejar de pasar vergüenza. Ante la rechifla del público, que lo adoraba y llenaba las canchas solo por verlo, Carlovich se retiró, pero quedó para siempre en la memoria de los que estuvieron en esa tarde mágica. Parece que "nosotros queremos que siga siendo lo que el no quiso ser", dijo con gran acierto el periodista Fernández Moores, al recordar su paso deslumbrante por el fútbol.
Orlando Navarro
Periodista
