Señor director:
Agradezco la oportunidad de poder expresar lo vivido con un familiar en el Servicio de Urología del Hospital Marcial Quiroga. La situación es tan lamentable que uno no sabe por dónde empezar. En lo edilicio todo está roto: paredes sin cerámicos, marcos de puertas arrancados, ventanas rotas, trabas de ventanas rotas, habitaciones sin televisor (la respuesta es si se rompe, no vuelve más), camas que no se pueden subir o bajar, un palomar en cada ventana, etc. Más denigrante es que en el Servicio de Hombres, hay un solo inodoro para trece camas de hombres y sus acompañantes, en ese mismo inodoro, pacientes y acompañantes tienen que hacer sus necesidades. Constantemente está sucio. Qué decir del estruendo que genera la caldera que está en la parte de abajo del Servicio: hace vibrar todo el edificio, haciendo que sea imposible descansar. En la parte de hotelería: camas, sábanas, frazadas está todo destruido, con agujeros, todo remendado. La limpieza es catastrófica: paredes con sangre, baños sucios, salas de espera sin limpiar por días hacen que el lugar sea desagradable. Una cosa que es increíble es lo que deben soportar los pacientes en la mañana: la limpieza de la habitación y el desayuno es casi al mismo momento que los médicos empiezan a revisar los pacientes. Acá la gente se muere porque no hay atención, pacientes que vienen de Jáchal, Caucete, 25 de Mayo, que llevan meses y meses sin operar, porque el hospital no tiene equipos para tal fin, porque hace meses que están rotos. Otro de los temas increíbles es que hacen ir pacientes un día viernes para operarlos un martes: ¿qué sentido tiene? Si no les hacen absolutamente nada. Pero no son las únicas cosas extrañas: todos los días aparecen más de 20 personas del Servicio Auxiliar, que no hacen nada. ¿Por qué los pacientes de PAMI de los departamentos alejados no tienen otra opción para ser atendidos? El Defensor del Pueblo debería entender en esta situación arbitraria donde no se pueden hacer atender estos jubilados en clínicas privadas. Lo único rescatable es la buena predisposición de las enfermeras y algunos profesionales.
