Señor director: 

Hoy en día hay un problema latente. Se trata de la gran cantidad de perros sin hogar que hay en San Juan y de los peligros que pueden provocar. Me pregunté si era culpa de los animales o de la comunidad. Llegué a la conclusión de que somos todos. 

Son culpables los que compran perros de raza en vez de "adoptar" uno de la calle. Los que no esterilizan a sus mascotas; quienes los abandonan tratando de "desaparecer el problema"; las autoridades que no toman conciencia de este problema y prefieren usar el rifle sanitario en vez de buscar una solución verdadera, como refugios, donde la gente que quiera pueda colaborar. Un lugar donde puedan ir perros callejeros para que no provoquen problemas hasta buscarles un hogar definitivo; un hospital veterinario, para que todos tengamos acceso con animales de la calle o nuestros a esterilizar y vacunar; una solución que no vaya en contra de la moral y las buenas costumbres de hoy en día, ya que hoy en el 2016 es repudiable la violencia. 

Entendí que todos somos responsables, menos los animales, que se guían por instinto; a diferencia de nosotros que podemos razonar, pensar, prever las situaciones. Sin embargo, en ningún caso se sanciona a las personas irresponsables. En fin, son temas que deben estar presentes en las autoridades o de lo contrario va a seguir siendo un problema en aumento. No sólo se trata de defender a los perros en este caso, si no de buscar la mejor calidad de vida para todos. 

Quiero terminar con el fragmento de una obra de Aristóteles llamada "Política", para que entendamos quién tiene la responsabilidad: 

"Se admite que hay tres cosas por las que los hombres se hacen buenos y virtuosos, y esas tres cosas son la naturaleza, el hábito y la razón.[…] Los otros animales viven primordialmente por acción de la naturaleza, si bien algunos en un grado muy pequeño, son también llevados por los hábitos; el hombre, en cambio, vive también por acción de la razón, ya que es el único entre los animales que posee razón; de manera que en él estas tres cosas deben guardar armonía recíproca entre sí; los hombres, en efecto, obran con frecuencia de manera contraria a los hábitos que han adquirido y a su naturaleza a causa de su razón, si están convencidos de que algún otro camino de acción les es preferible".