Alguna vez escribí, y lo reitero, que "cuando se llevan a cuesta varias vidas caminadas" y cuando "derrapando" se ha doblado, hace rato, la curva de los 80, en algunas de esas noches que no dejan en paz, como dice el tema musical "Resistiré", uno se pone a pensar que a esta altura de los años, pocas cosas quedan por ver o por vivir -aunque la capacidad de asombro permanezca intacta. Es que desde la miga de pan en el bolsillo, de no tener un mango hasta que pudiste ganarte el sustento, se acumulan recuerdos de aquellas primeras etapas, como terremotos, temblores y plagas de distinto tipo. En fin, la verdad que cuando crees que ya lo viste todo: sufrimientos, alegrías o lágrimas, te sorprende este virus "Covid-19", que se convirtió en pandemia y que se ensaña con todos, pero aún más con nosotros, los viejos. Por lo tanto lo más sensato es no intentar enfrentarlo o -usando un término boxístico- no pretender hacer "sombra" o "bolsa" con él, dado que puede lanzarte un golpe y dejarte sin respiración. Hacé de cuenta que estás en un ring con él. Te desafiará al centro, pero vos quedate en el banquillo -tu casa. No obstante, además del "protector bucal" ponete barbijo que te cubra hasta la nariz. Eso quiere decir tener la "guardia alta". No olvidar que nosotros no somos capaces de durarle ni los primeros segundos del primer round. Igualmente no habrá un referí para que cuando caigas a "besar la lona", realice el conteo de hasta 10 segundos. No desafiarlo es la orden que envían los que saben: los médicos y los que prestan servicios comunitarios. Difícil encontrar en el mundo un sitio por donde no haya pasado este siniestro virus. Pero lo venceremos si estamos unidos, fortaleciéndonos en nuestros hogares. Por todo ello, para terminar esta nota, pongo mi mano derecha sobre el cielo y aún cuando "los vientos de la vida soplen fuerte" yo, os digo: ¡Resistiré!
Por Carlos H. Quinteros
Periodista
