Señor director:

Hablar sobre la dimensión de la figura del padre, significa historiar el pasado y vivir el presente. No se puede prescindir de él sin alabar su gestión con el sentimiento gozoso, que fluye del corazón, de sólo pensar que Dios lo puso como propulsor de su creación. ¡Que bendición Señor! El primer paso de esta misión es saber que ya tiene descendencia. Y, con la primer canción de cuna, da comienzo a un proyecto de vida, de esperanza y alegría, aunque cueste esfuerzo, constancia, trabajo, trasnoche, desvelo. Todo revela su rol de padre ante este capullo de carne y hueso que estrenó la vida.

El padre, en cumplimiento de su misión, trata de encontrar entre el camino elegido para seguir, porque es la senda de su deber, sin atribuirse virtudes de padre bueno o buen padre.

Hay veces que el impulso juvenil endurece el corazón sin mirar a quién lastima. Y ya con años de madurez, alguno dirá con cariño, gracias papá por esos momentos que contigo compartí. Gracias por la comprensión y cariño. Perdón papá por las lágrimas que un día te hice rodar, porque no entendía que querías para mí y te rechacé.

Gracias por el empeño para forjar mi porvenir. Que Dios te bendiga papá.