Señor director:
Estas líneas van dirigidas al señor gobernador de la provincia. Tuve internada a mi esposa Rosario, desde el 1 de enero hasta el 19 del mismo mes del corriente año. Ese día falleció en el primer piso del Hospital Marcial Quiroga, sector de Clínica Médica de Mujeres. Me propuse en nombre de ella hacer todo lo posible para que, tanto en ese sector como el de Ginecología, se instalen equipos de aire acondicionado en las salas donde están los pacientes. Es insoportable el calor que hace en esos pabellones, donde las pacientes deben, además, padecer sus dolencias. Tanto es así que en algunos casos cuentan con un ventilador provisto por sus parientes, cuando nosotros vemos aires acondicionados en las oficinas de políticos, funcionarios y no funcionarios.
Como seres humanos, no podemos aceptar que donde está el dolor, la angustia y el sufrimiento, no se mejore la calidad de vida. En muchos casos como el de mi esposa, en los que serían sus últimos días.
Yo sé que el ser gobernador, con la sensibilidad que lo caracteriza, impartirá las directivas para que esta necesidad imperiosa se concrete en el menor tiempo posible. Las enfermas no pueden esperar.
Señor gobernador, sé que usted no puede estar en todos los temas, por eso le acerco esta inquietud. Yo sé que usted concretará este pedido.
