Señor director:
Llega fin de año y con ello la tan temida pirotecnia. Temida por las personas que quieren disfrutar en tranquilidad y reflexión según sea Navidad o Año Nuevo. Por otro lado, hay gente que le gusta el ruido, los estruendos, con el peligro que ello implica.
La pirotecnia de por sí es peligrosa. Cuando era niño, en ese momento, un chico de mi edad, unos 9 años, se le ocurrió encender un petardo, ante el permiso de sus padres. El petardo le explotó en la mano.
Como consecuencia, el accidente provocó que este pibe perdiera tres dedos de la mano derecha. Desde entonces comprendí que la pirotecnia era peligrosa y que podría marcar la vida de una persona para siempre.
Debido a esa situación de la cual fui testigo, jamás se me ocurrió comprar esta clase de productos y menos aún animar a otros a que los adquieran.
Tiene que haber conciencia de que la pirotecnia tiene que ser usada por profesionales. Por algo en otros países se hace un espectáculo masivo, pero sólo manipulan esos productos, personas especializadas.
Aquí, en nuestro país y en especial, nuestra provincia, sabemos que la pirotecnia es dañina. La sufren los bebés recién nacidos, personas enfermas y hospitalizadas. También aquellos que tienen discapacidades de distinto tipo.
Además de los animales domésticos que sufren con este tipo de explosiones y las aves que en medio de la noche padecen este "infierno festivo” desatado por el hombre.
Sería muy positivo que la Legislatura Provincial, por medio de los diputados, que son representantes de toda la comunidad, prohibiera la venta y uso de la pirotecnia, en todo el territorio de la provincia. Es para beneficio de todos, para tener unas fiestas en paz.
