Señor director:

Soy de los que piensan que en la vida hay que manejarse con seriedad y honestidad. Por eso creo que los policías de Tránsito deberían saber que están al servicio de la comunidad y no para humillarla. Esto lo digo porque el lunes a las 18:45, en avenida Paula Albarracín de Sarmiento a la altura de "El Palomar", de la UNSJ y Escuela de Enología, cuatro uniformados, dos hombres y dos mujeres, paraban autos y motos. Lo curioso es que a los hombres los paraban mientras que a las mujeres las dejaban ir. A mí me radiaron la moto porque supuestamente no coincidía la cilindrada del vehículo con lo que decía el carnet. Acepto esta situación, pero lo que no acepto es que los policías se comportaran arrogantemente y que no se identificaban como debían hacerlo, ya que no tenían visibles sus nombres en el uniforme. Para colmo uno de ellos fumaba en pleno servicio.

La Policía debe estar para cuidarnos y no para humillar a nadie. Espero que las autoridades tomen nota de este comportamiento e inculquen mejores modales en sus subordinados.