Señor director:

Hace unos días tuve el placer de viajar a Buenos Aires. Subí a un micro y pude disfrutar un viaje de unas 30 cuadras con aire acondicionado en esa unidad y con una amortiguación que hacía placentero el periplo. De inmediato pensé en mi querido San Juan. Cuánto sufrimiento tenemos los usuarios en nuestra provincia, con ómnibus sin refrigeración, ni siquiera cortinas y menos aún, sin amortiguación que haga más agradable pagar el boleto. Esperemos que las autoridades exijan más comodidad para las unidades, debido a que entre todos ya pagamos con creces los subsidios que les llegan a las empresas de transportes.