Señor director:

Creo que todas o al menos la mayoría de las personas tenemos un buen sentimiento hacia los animales. En especial si se trata de las mascotas más comunes como perros y gatos.

Pero, hilando fino, me quiero referir a los perros. No precisamente a aquellos que viven en la calle, sino a estos canes cuyos dueños no los cuidan y pueden ocasionar tragedias.

Es que fui testigo en inmediaciones de la parroquia María Madre de Dios, del Barrio Aramburu, Rivadavia, de cómo tres perros le ladraban y hasta uno de ellos mordió a una señora que transitaba en una moto 110 centímetros cúbicos.

La mujer, de unos 40 años, cayó de su rodado con el pie derecho mordido por uno de estos animales y con fuertes golpes en su cuerpo, producto de la caída. A todo esto, lejos de marcharse, los perros le seguían ladrando y agrediendo hasta que yo, junto a otro transeúnte, logramos que se retiraran a fuerza de arrojarles piedras.

Los animales salieron de una casa e incluso dos de ellos tenían collares, por lo que sus dueños no pueden decir que no son propios. Creo que así como hay iniciativas para bajar impuestos a quienes adoptan perros, de igual manera deberían haber sanciones para aquellos que tienen sus mascotas sueltas en las calles.