Ayer celebramos la fiesta de la Epifanía, el misterio de la Manifestación del Señor a la humanidad, representadas por los Magos venidos de Oriente para adorar al Rey de los Judíos. Comúnmente llamada "Fiesta de los Reyes Magos”. Solo el evangelista Mateo es quien relata el acontecimiento. Único en la literatura universal. Subraya que éstos llegaron a Jerusalén siguiendo una estrella, avistada en su surgimiento e interpretada como signo del nacimiento del Rey anunciado por los profetas, o sea, el Mesías. Llegados sin embargo a Jerusalén, los Magos necesitaron las indicaciones de los sacerdotes y de los escribas para conocer el lugar a donde dirigirse, es decir, Belén, la ciudad de David (Mt 2,5-6; Mi 5,1). La estrella y las Sagradas Escrituras fueron las dos luces que guiaron el camino de los Magos, los cuales aparecen como modelos de los auténticos buscadores de la verdad.
Eran hombres de ciencia en un sentido amplio, que observaban el cosmos considerándolo casi un gran libro lleno de signos y de mensajes divinos para el hombre. Su saber, por tanto estaba abierto a ulteriores revelaciones y llamadas divinas.
Estos hombres le ofrecen al niño oro: un regalo de reyes. El oro es el rey de los metales. Signo de su divinidad real. Incienso: resina que crece en Arabia, India y Somalia. Empleado en prácticas culturales en el Templo de Jerusalén usado por los sacerdotes para abrir al pueblo el camino a Dios. Mirra: signo que el Rey niño es humano y que algún día iba a morir. Usado para embalsamar el cuerpo de los muertos. Cabe señalar que el famoso cuadro de Holtman Hunt donde Jesús, el niño carpintero, estira los brazos a la hora del crepúsculo por estar cansado de trabajar y recibir aire fresco y la sombra de sus brazos proyectados en la pared es la sombra de la cruz.
Los Magos unen la inteligencia y fe: es el hecho de que "advertidos en sueños de que no volvieran a Herodes, volvieron a su tierra por otro camino” (Mt 2,12). Habían descubierto un nuevo rostro de Dios, una nueva realeza: la del amor.
Por P. Fabricio Pons
Párroco Santa Bárbara de Pocito
