La epopeya emancipadora de nuestra patria, fue librada por grandes hombres en varios frentes. Quizás el más ilustre y victorioso fue el General, José Francisco de San Martín y Matorras, como era su nombre completo. Su plan para derrotar al reino español y liberar esta parte del mundo era cruzar la cordillera, derrotar a los realistas en Chile y garantizar la salida al Pacífico. Desde allí embarcarse hasta Perú a fin de rodear al enemigo, ya que el ejército del Norte tenía varios frentes abiertos desde el "Alto Perú”, hoy Bolivia. Pero este plan requería una verdadera epopeya.

San Martín llegó a Cuyo solo con un pequeño ejército. Tuvo que valerse de grandes hombres que acudieron a su llamado para formar un ejército que "necesitaba de todo”. Fusiles, balas, cañones, uniformes, pertrechos, transporte y hombres para pelear. Dado que Buenos Aires tenía todos sus esfuerzos puestos en el Ejército del Norte, no podía distraer recursos. Sólo Juan Martín de Pueyrredón, entonces Director Supremo de las Provincias Unidas, apoyó a San Martín en esta iniciativa, ya que lo consideraban un "plan descabellado”. Cruzar la cordillera con un ejército armado, era un desafío de logística y recursos impensado para el momento que atravesaba la unión, que ni siquiera había aún declarado su independencia. Así fueron los pueblos cuyanos (además de La Rioja) quienes se abocaron a formar el llamado "Ejército de los Andes”. Entre sus colaboradores habían hombres como Tomás Godoy Cruz, Fray Luis Beltrán, Juan Gregorio de Las Heras, Miguel Soler, Toribio de Luzuriaga, Ignacio de la Roza entre otros. Desde el campamento de "El Plumerillo”, en Mendoza, se fabricaron cañones, sables, bayonetas y municiones, tarea a cargo del fraile Luis Beltrán, habilidoso mecánico ingenieril, quien en las mañanas daba misa y luego recorría el pueblo en busca de metales y otras materias primas. Además diseñó ingeniosos sistemas rodantes para transportar cañones y obuses por las escarpadas montañas. Fue muy importante el aporte de todo Cuyo en la donación de objetos de metal, así como en el trabajo de herreros, hojalateros, armeros y talabarteros, muchos de los cuales viajaron desde San Juan para trabajar en el campamento principal.

Los pueblos cuyanos, aportaron oficiales y soldados, milicianos y arrieros, pólvora y víveres. El plan de San Martín consistía en cruzar hacia Chile con seis columnas distintas. Cada una fue por un camino diferente, partiendo cuatro desde Mendoza, una desde San Juan y otra desde La Rioja. Todas salieron a mediados de enero de 1817, llegando a Chile casi simultáneamente por cada uno de los pasos y atacando sus objetivos sincronizadamente. Ese fue el comienzo de la libertad del yugo español.

 

Columna sanjuanina

La columna que partió de San Juan al mando del Coronel tucumano Juan Manuel Cabot, llevaba 500 hombres (la integraron chimberos, pocitanos, jachalleros e iglesianos, a los que se sumó un importante número de chilenos), 1.500 animales y armamento. La de "Los Patos Sur” fue la columna principal, constituida por el grueso del Ejército de los Andes. Al mando del General José de San Martín, unos 5.000 hombres, más de 10.000 mulas y 1.200 caballos, marcharon, por el paso de Las Llaretas, hacia la Cuesta de Chacabuco. Allí se libró una de las más importantes batallas de la guerra de independencia, con un saldo de 500 realistas muertos y quedando prisioneros 32 oficiales y 600 soldados.

Por Antonio Díaz Ariza
Docente – Escritor